Una madre y sus tres hijas. La sensación de que la vida no es eterna y de que hay que recuperar el tiempo perdido. Volver a encontrarse y, sobre todo, reencontrarse. Con esta premisa se presenta ‘Las que gritan’, una comedia teatral que el domingo 6 de abril hace escala en el Auditorio Maestro Padilla (19:00 horas; entradas: 15 y 18 euros).

‘Las que gritan’ son, también, cuatro actrices: Soledad Mallol interpreta a la matriarca, mientras que las tres hermanas están encarnadas por Mariona Terés, Rocío Marín y Eva Isanta. “Yo soy la mayor”, dice esta última en conversación con LA VOZ. “Nunca había transitado por un personaje así, tan vulnerable. Ella ha cuidado de sus hermanas y se ha olvidado de cuidar de sí misma. Es veterinaria, se refugia en los animales y los prefiere a las personas porque no encuentra su lugar en el mundo”, añade.

Algo que irá cambiando a lo largo del texto, escrito por Antonio Rincón-Cano y José María del Castillo, también director. “Gracias a su madre, se dará cuenta de que está huyendo de sí misma. Está atrapada en sus miedos y lo que tiene que hacer es romperlos”, detalla sobre su papel uno de los rostros más conocidos y queridos de la televisión de nuestro país desde que irrumpió en los 90 como la hija de Carlos Larrañaga y Concha Cuetos en ‘Farmacia de guardia’. Una popularidad que, 30 años después, conserva gracias a su papel de ‘La Cuqui’ en ‘La que se avecina’.

‘Las que gritan’ son, además, “una familia”. Desde su estreno, en abril de 2024, el elenco ha cambiado en tres ocasiones. Isanta es “la veterana”, la única que se ha mantenido. “Cada una tenemos una energía y nos completamos muy bien. En Almería, la gente va a poder ver que somos una piña dentro y fuera del escenario”, asegura. Un montaje que tiene “algo mágico” que conecta “con la madre, con la raíz, con la vida”, lo que provoca que el público salga “emocionado”. “Y nosotras también”.

Homenaje a las mujeres

 La obra transita por varios géneros: desde la “comedia ligera, muy rápida” hasta los “momentos musicales”, siempre apoyándose en el humor, aunque cuente “cosas terribles”. Porque, ante todo, en palabras del director, ‘Las que gritan’ es un “homenaje a las mujeres que han marcado nuestra vida de forma indeleble”.

“Tengo la suerte de pertenecer a una generación que ha roto con los esquemas de nuestras madres y abuelas: mujeres, amas de casa, que se dedicaron a criar y a cuidarnos; algo quizás hoy menospreciado, pero que nos ha permitido ser las mujeres que somos”, reflexiona Eva Isanta (Ceuta, 1971).

A lo largo de su vida ha conocido a mujeres “grandes y valientes” de las que ha aprendido mucho. “Les estoy muy agradecida a mis mentoras: Beatriz Carvajal y Petra Martínez. Me han enseñado mucho fuera del escenario, además de humildad y profesionalidad”.

Cita asimismo a sus compañeras actrices, “con las que comparto vida dentro y fuera”, y las que no lo son, “como mis amigas del colegio, que hace poco me vieron en Fuenlabrada, o como las de Almería, que estarán allí el domingo”, adelanta.

Esas amigas son las de su “pandilla de verano” de toda la vida. Sus padres tienen una casa en Carboneras donde veranean desde que tenía 15 años. “Almería es mi refugio. Cuando he tenido que tomar decisiones importantes, he acudido allí. Llego al Cabo de Gata, me conecto con la energía de esa tierra, el mar me relaja y encuentro mi paz. Me da sensación de hogar”.

Por eso, aunque en vacaciones se escape a otros destinos, nunca pueden faltar unos días junto a sus padres y su gente. “Me encanta toda la costa del Cabo: Carboneras, Agua Amarga, Las Negras... Allí fueron mis primeras salidas de adolescente, mis primeros amores. Tengo muchas historias”.

Por eso, no es extraño que la reconozcan y le pidan fotos. “Pero respetan mucho mi intimidad. Al principio hay algo de revuelo, pero luego soy una más. Me conocen desde antes de ser actriz: es como si fuera mi pueblo”.