La obra de Fortuny llega al MUREC de la mano de la colección Vida Muñoz
La muestra se enmarca dentro del programa del 150 aniversario de la muerte del genial pintor catalán

Programa itinerante conmemorativo de su obra.
Manuel Vida, además de director gerente del Hospital Torrecárdenas, es uno de los más intrépidos coleccionistas del arte de Mariano Fortuny, uno de los más sólidos pintores del XIX merced, no solo a sus óleos sino también a sus acuarelas. El próximo 27 de marzo se inaugura en el Museo de Realismo Español Contemporáneo (MUREC) la exposición “Fortuny en la colección Vida Muñoz”. Se trata de una muestra que abarca hasta 106 obras de las que 78 son del propio autor catalán y el resto de pintores cercanos y acólitos suyos como Martín Rico, Pinazo, Pradilla, Reyna, Palmaroli, Madrazo, Salinas Teruel, Navarro Llorens y Agrasot.
Participan también en la exposición y la refuerzan nueve obras de otras colecciones del Museo del Prado, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Museo de Reus (patria chica del pintor), Museo Pinazo y otras colecciones particulares.
Participan también en este ambicioso proyecto, además del comisario, Javier Pérez Rojas, otros expertos en arte como Amaya Alzaga, Javier Barón, Carlos González, Juan Manuel Martín, Francesc Quílez, Francisco Copado y Andrés Ibáñez.
Esta exposición se enmarca dentro del programa conmemorativo de 150 aniversario de la muerte de Fortuny, donde Almería se incorpora, en reconocimiento a la Colección Vida Muñoz, al itinerario y ciclo de conferencias que transitan por algunas de las ciudades con las que el artista mantuvo un fuerte vínculo creativo y sentimental, como fueron Venecia, Roma, París, Madrid, Granada, Sevilla, Barcelona, Reus, Tánger, Tetuán y Nápoles.
A pesar de su corta existencia, Fortuny ha dejado un extraordinario legado patrimonial.
Se trata de establecer un hilo invisible que conecte aquellos lugares que formaron parte de su vida profesional y que dibujaron un recorrido de gran alcance internacional. En su obra descubrimos el peso específico que tuvo esta geografía en su desarrollo creativo.
Por su retina desfilaron las calles, las plazas, las gentes que le sirvieron de nutriente para alimentar un imaginario muy fecundo que supo trascender la representación realista y superar las características de una obra percibida en términos preciosistas y virtuosos. Fortuny convirtió la pintura en el único tema de su vida.