En momentos como los que vivimos tenemos que dar cabida, aún más si cabe, a las actividades humanas en los espacios compartidos. Es el momento para la música, la poesía, la danza, la imagen, el teatro, el cine, la pintura, etc. En palabras del poeta Nicolás Guillén, “tengo el alma hecha ritmo y armonía; todo en mi ser es música y canto”. Y por aquí, cómo de luz, andamos “sobraos”. Almería, se muestra como un gran escenario con un amplio abanico de artistas, donde la creatividad no entiende de límites. En el último programa de TVE “Redes” de E. Punset, Ken Robinson, decía: “todos tenemos la capacidad de ser creativos y la mayoría vivimos sin saberlo”, reclamando para la sociedad entornos donde cada uno pueda encontrar la inspiración necesaria para desarrollar su creatividad. A los artistas, siempre le pedimos que sean de palabras y de acciones comprometidas y libres, pero también es necesario que nos comprometamos con ellos, que apostemos democráticamente por su potencial, por sus capacidades y aptitudes. Las ciudades deben de convertirse en “fábricas de cultura” donde la cultura eduque, forme y cree ciudad y ciudadanía. La cultura debe de extenderse a los barrios, haciendo éstos más turísticos y más sostenibles. Como ejemplo sangrante de los potenciales en la ciudad, y que no apoyamos, es el barrio de La Chanca, cuna de grandes artistas. Es incomprensible cómo no tenemos una Escuela de Flamenco, ¡ya!. Se nos está produciendo en la provincia una “fuga de talentos” además de una desgarradora “fuga de cerebros”. Nuestros artistas son grandes emprendedores y gestores culturales. Los “Amaneceres en la Alcazaba”, se muestran año tras año, como un gran espacio intercultural, dónde podemos disfrutar de más de siete horas de generosidad comprometida de los artistas locales a coste “cero”. La cultura elimina fronteras y tiende puentes al mestizaje. Hay que ir a “A por el mar” fuente de inspiración, sin límites y sin complejos, que luego llegarán los océanos. Sin ponernos barreras, utilizando todos los matices de colores, eso sí, si no nos lo llenan de negro petróleo, asqueroso y putrefacto, con las inminentes prospecciones que se avecinan en nuestros mares.