Yo la conocí en un taxi...

Parada de taxis en Almería capital.
Es gracioso el mundo del taxi. La de anécdotas que salen de ellos, reencuentros, historias de amor, desgracias, borracheras, llamadas de emergencia… ¡Eso sí! Son muy caros, y no hablo solo de la licencia –que también-, sino más bien de las tarifas...
Hay momentos en los que la vagancia se adueña de mi cuerpo. A eso tenemos que sumar la huelga de examinadores de tráfico, por la que llevo más de dos meses esperando para examinarme, y ellos tan tranquilos tocándose el peral su casa. Eso hace que algunos momentos necesite un taxi o un autobús. El autobús mola, sæcio, pos cuando no tienes nada que hacer con tu vida, pero cuando vas con prisa y tienes que ir de la universidad a tu casa, que el autobús te de la vuelta por Almería y provincia enseñándote todos los rincones de la ciudad. O cuando esperas en las paradas a ver cuando llega y tal y pascual… pos esos momentos hacen que me enfade y pida un taxi.
Entonces llamas a la chica de la operadora, que siempre es la misma llames desde donde llames, yo creo que llamas en Pamplona y te descuelga también la de aquí...
-Taxis de Almería, ¿qué necesitas sæcio?
-Pos na, quiero un taxi, no voy a querer un Mc wapper de esos con bebida y patatas gratis…
La relación ya empieza tensa, la chica te responde de malas maneras -o se ríe, depende de como lleve el día- y te dice:
-¡Estupendo Manolo, va para allá el 784, en media hora lo tienes que estamos colapsados!...
Ahí que llega Manolo en su “Toyota nuevo”, que no hace ni ruido ni nada, y empieza a entablar contigo una conversación impresionante y digna de hacer que te quedes en el coche tres cuartos de hora más. Olvidando tu trabajo, tu cita o lo que sea...
Ahí esta Manolo, enfermo de corazón, con 31 años de servicio, separado, dos hijas, una estudia en Alemania y la otra trabaja en el Pryca de 8 de la mañana a 1 de la tarde, media jornada, cuando ella sale tiene que ir a recoger a sus hijos que estudian en la Salle y a su casa, que su marido Jorge le prepara la comida, es que ahora esta de baja, pero él es autónomo.
¿Y tú, nenico, a qué te dedicas? ¡Tócate el toto! ¡Pero Manuel, pichica, que te he dicho que voy al Alcampo y todavía no hemos salido de la parada!... y el taxímetroooooo… ¡lleva ya 8.45€! ¿Quién tiene que pagar esoooo ahoraaaaa? ¡Que yo entiendo Manuel que estés un poco agobiado por que tú con los niños no te puedes quedar todas las tardes, y que te gusta mucho el fútbol y te quedas sin verlo! ¡¡Pero yo que culpa tengo, Manuel!... Arrancaaaa por Diosss Manuel, arrancaaaaa que hoy me echan del trabajo… ¡madreeeee míaaaa!
¿Os ha pasado algo parecido a vosotros? ¿El taxista callado o animado siempre? ¡Contadme vuestra experiencia más loca Sæcios!