La Voz de Almeria

Vivir

Último vals con Leonard Cohen

El periodista y poeta recuerda al genio canadiense, fallecido el pasado lunes a los 82 años de edad

Leonard Cohen, en un concierto en Alemania en 2008.

Leonard Cohen, en un concierto en Alemania en 2008.

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Te fuiste, ¿verdad? Me das la espalda mientras todo el mundo baila a tu alrededor. Algo parecido le dijiste a Janis cuando ya no podía oírte. Confesaste, además, no pensar en ella demasiado, pero los dos sabemos que no es verdad. Tú mismo admitías durante la presentación de tu último disco, cuando una periodista te preguntaba por el cigarrillo que sostenías en la portada tras haber anunciado hace unos meses que habías dejado de fumar, que no eres un tipo de fiar.


Siento frío, me dices, como una cuchilla de afeitar aún por estrenar, pero te has ido sin saciar mi capacidad de asombro. Tampoco la tuya, aún sorprendida por el encuentro con los versos de Lorca en una librería de segunda mano en Montreal hace una era, y por tus canciones interpretadas por Morente y Lagartija Nick en Omega. Curioso que ahora se cumplan veinte años de un disco titulado con el nombre de la última letra del idioma que se habla en Hydra, la isla en que conociste a una chica noruega en una tienda de comestibles.


Me dice Eric que te recuerda bajando las escaleras del escenario que compartió contigo en Benicassim camino del avión que había de llevarte a otro concierto, pero que antes te habías despedido con simpatía, le estrechaste la mano y, sonriendo, le dijiste que lamentabas que los Lagartija y Morente no hubieran grabado todas tus canciones.


¿Sabes? Anoche hablábamos sobre la oportunidad de la concesión del Nobel de Literatura a Dylan. Había división de opiniones, pero nadie cuestionó la entrega del Príncipe de Asturias a ti, que decidiste dedicarte a cantar precisamente tras escuchar una canción del que entonces era apenas un joven de Minnesota. Yo puedo hacer eso, dijiste. Y lo has hecho durante medio siglo.


Ahora me dices que estás preparado. Yo me lavo los ojos con el agua que no llueve mientras la muerte llora, novecientas palomas entran por la ventana buscando un florero con lirios y nosotros bailamos un último vals hasta donde terminan el amor y la belleza.


Mi alma ya está enterrada en tu libro de recuerdos, Leonard. Sólo me queda tomar a tu salud una copa de coñac, hacer un collar con lágrimas recién cortadas y el amor con la luna al amparo de la tarde.


tracking