Burkina-Faso es uno de los países más pobres del mundo con cerca de 15 millones de personas y donde el 45% de su población vive con menos de un dólar al día, según la Organización de las Naciones Unidas.

Teresa López Zea, nacida en Almería, voló ayer a este país situado en pleno corazón de África Occidental como cooperante de la Asociación Escuela Sansana, donde durante el mes de agosto impartirá clases a niños de entre 9 y 12 años.

Desde hace tiempo, esta almeriense, abogada y funcionaria retirada, tenía claro que esta era una de sus aspiraciones. “Deseaba dedicarme a la cooperación cuando me jubilara”, confiesa.

Las pasadas navidades, Teresa emprendió un viaje a Sansana, un pueblecito situado al suroeste de Burkina Faso para acompañar a una amiga y miembro de la asociación que lleva como nombre la localidad donde desarrolla sus labores solidarias de educación, nutrición y defensa de la mujer desde su fundación en 2009. De su vivencia, lo que más recuerda es la gente que asegura “es encantadora y, desgraciadamente, muy muy pobre”.

Fue allí donde entró en contacto con la organización, impulsada por docentes españoles, con la que este año repite experiencia.

Preparativos
Semanas antes de su viaje, Teresa, que vive en Barcelona pero continúa veraneando en su provincia natal, contactó aquí con Lola Ruiz Miralles, profesora de francés que le impartió  un curso intensivo para refrescar su dominio de la lengua oficial en la antigua colonia gala y la animó ofreciendo todo su apoyo con los preparativos para su ansiada vuelta.

Desde hoy forma parte del grupo de profesores sustitutos que luchan contra la escasa escolarización de los niños del país en el que el 70% de los hombres y el 84% de las mujeres son analfabetos.