Se ha encendido la luz de alarma por el Nuevo Los Cármenes después de disputarse las tres primeras jornadas de LaLiga en Segunda División. Uno de los favoritos en apuros llega al último día de mercado sin un solo punto y con malas sensaciones, tras dos derrotas en casa y una goleada en Eibar. Nada que ver con los equipos de Pacheta, famosos por su solidez y fiabilidad a la hora de puntuar. Ese Granada de autor por el que ha apostado el entrenador burgalés no aparece y llegan las primeras dudas sobre el modelo y el rendimiento de algunos jugadores. LaLiga no espera. No para.

Sorprende ver en zona de descenso a un equipo de Pacheta que por su capacidad y palmarés está para otras cosas. El entrenador se queja de no acabar los partidos con todos sus hombres en el campo, pero eso se olvida cuando pita el árbitro y se impone la clasificación. La Segunda es una categoría de rachas y seguro que llegará la buena, y se levanta una gran afición con la duda de si la plantilla que se ha confeccionado es la mejor para optar al ascenso a Primera. Tienen a Pacheta que es un aval, pero en la categoría de plata no cuentan ni la memoria ni el palmarés.

Pacheta las ha visto de todos los colores

Tres partidos y tres derrotas. Nada a donde agarrarse para uno de los favoritos al ascenso que no ha comenzado bien la temporada. Dos palos muy duros en casa ante Deportivo y Mirandés y goleados en Ipurúa. Han marcado solo dos goles en Los Cármenes y han recibido ocho. Aquel Granada que pregonaba Pacheta nada más terminar la pasada temporada no aparece, y el mercado le ha afectado con un movimiento de futbolistas que han debilitado la plantilla a tenor de los marcadores.

Pacheta no es de los que se rinden, pero sabe que entrena al Granada y esto implica ganar siempre y luchar por el ascenso. No firmó en la ciudad de la Alhambra para otra cosa, y no ha comenzado bien la temporada y lo que necesita es una victoria para levantar al equipo y convencer a una afición desencantada por no entrar en Play Off la pasada Liga y un mal inicio de campaña. Solo van tres partidos de competición y queda mucha tela que cortar, pero este no es el escenario que se esperaba.

La paciencia en Segunda es limitada

En una categoría donde a las primeras de cambio se habla de crisis y se encienden las alarmas, hay que estar en alerta porque la paciencia es corta y las exigencias máximas. Lo saben Pacheta y su club que apuntan a Primera y se ven en el pozo después de un inicio encajando goles y acabando los partidos con un hombre menos. Tienen a un buen cirujano del balón para operar al paciente, pero se impone hacerlo de urgencia porque los aficionados no han visto sumar a su equipo y vienen de dos derrotas en Los Cármenes y una goleada fuera.