¿Y qué hacemos con Robertone?
Lopy, Melero y Arribas: la fábrica del gol

Lucas Robertone en la segunda mitad del partido contra el Cartagena en el Mediterráneo.
Para el partido de Castellón hay que ser creativos para suministrar goles a Luis Suárez y Leo Baptistao. Se está entonando Nico Melamed y los problemas de la medular se empiezan a solucionar con los recambios de Gui Guedes y un Selvi Clua más adaptado. Si no está Robertone en su plenitud mejor que descanse en un partido de enorme exigencia, donde el gol va a llegar en ambas porterías y mucho tienen que decir los Lopy, Melero y Arribas. Los dos primeros están habituados a jugar juntos muchos partidos mientras que lo de Arribas va en función de las decisiones que tome el entrenador. Lo ha puesto como falso extremo y toca poco la pelota mientras que ante el Cartagena se ‘infló’ de dar buenos pases y tocando el balón con criterio. Hay que tener claro que tenían enfrente a un equipo desolado y sin respuesta y, dieron muchos buenos pases los tres de la medular para alegría de un Leo Baptistao enchufado y un Luis Suárez un poco más implicado que en otros partidos. Si ha llegado la hora de sentar a Robertone, Rubi tiene la palabra.
Robertone entró por Melero y las prestaciones del Almería caían de golpe y no aportó nada. Se lo tienen que mirar el entrenador y el argentino a partes iguales. A estas alturas de la temporada tiene que salir lo mejor de cada futbolista y no está Robertone brillando como se esperaba. Si los tres que compitieron ante el Cartagena lo hicieron bien que no lo toque Rubi porque no para de modificar y ha llegado la hora de mantener y dar confianza a los que rinden. Hay nuevas variantes con dos futbolistas jóvenes como Gui Guedes y Selvi Clua partiendo desde el banquillo si fuera necesario, pero al ser un partido tan exigente se necesita de los tres citados y reservar para los cambios a estos jugadores emergentes que cuando salen le ponen muchas ganas. Lo de Robertone queda en manos del entrenador y no está la clasificación para regalar nada: el que no está bien, a descansar.
De lo mejor de esta medular fue Sergio Arribas al que le gusta tener protagonismo con la pelota y llegar al área con opciones de disparo. Es un jugador que sabe conservar la pelota y provocar faltas cerca de la portería rival. No está firmando una buena temporada y ha perdido la continuidad en el once. Le ha llegado la hora y seguro que no le va a fallar al entrenador ni al equipo.
Lopy
Para Castellón se necesita músculo en la medular porque el rival exige en lo físico y ofrece carencias en la salida de balón. El Almería se enfrenta a un equipo que ataca mucho y bien, que a la hora de defender no es fiable y pierde muchos balones, que seguro sabrá recuperar Lopy para dar el pase decisivo o buscar la calidad de Melero y el talento de Arribas. Al senegalés hay que pedirle que gane duelos individuales y suelte la pelota a la primera, que de jugarla se encargan sus compañeros de la medular. Hay que jugar al límite a estas alturas de la temporada y de eso sabe mucho Lopy.
Melero
El madrileño se hace necesarios en todos los partidos porque le da empaque al equipo y sabe marcar los tiempos. Cuando suelta la pelota rápido el Almería es imparable pero si se pierde en controles y orientaciones el equipo pierde brillo. Tiene gol y sabiendo que Lopy queda a sus espaldas seguro que jugará con plena libertad buscando a los tres que juegan delante: porque Melamed es otro delantero que pisa el área con intención. Los pases de Melero al primer toque rompen líneas y son un arma letal para partidos de máxima exigencia. Ha llegado fuerte a la recta final de LaLiga.
Arribas
Si Rubi no dice lo contrario y se empecina en Robertone, es el llamado a completar la medular y firmar un buen partido como el ofrecido ante el Cartagena, controlando la pelota y dando buenos pases a ambos extremos. Más efectivo que perdido en la banda derecha, es de los tres el que más veces aparece por el área y solo hay que pedirle más gol porque lo tiene. Hay que darle creatividad a la medular del Almería y nada mejor que apostar por un jugador al que toca disfrutarlo cuando se le da balón y no perderlo en aventuras por la banda que no van con su forma de entender el juego.