Mucho tiene que cambiar el Almería en poco tiempo para volver a convertirse en un aspirante a subir. El momento actual del equipo y la prueba del algodón, los marcadores, dictan sentencia y las posibilidades de lograr el ascenso directo son mínimas. Solo dos triunfos en la segunda vuelta y normalizando que los rivales hagan goles con una facilidad alarmante. Para entender qué le está pasando a un grupo que en diciembre era líder de la Liga, basta con echar la mirada atrás, concretamente al verano. El Assy y Rubi coincidieron en mantener la plantilla del traumático descenso rechazando ofertas importantes. A algunos jugadores les costó entender que su lugar estaba en Segunda y no le tomaban el pulso a la Liga. El técnico empezó por lo básico: hacer vestuario, y a partir de ahí formar un equipo, justo lo que más le está costando.

Puede que el error más grande fuera creer que con el Almería líder en el parón navideño ya estaba el camino hecho, y el mercado de invierno se envenenó.

Directiva

El Assy y Gonçalves no encontraron la fórmula para apuntalar una plantilla corta y propensa a desconcentrarse continuamente. Solo Selvi Clua como cara nueva y el regreso de Lázaro Vinicius, pero sin reforzar el eje de la defensa como pidió el entrenador.

Precisamente a Rubi se le nota tocado anímicamente porque no es capaz de tocar la tecla correcta ni individual ni grupalmente. Le da vueltas a la cabeza y sus hombres tropiezan con la misma piedra. Esos futbolistas que sumaron catorce jornadas invicto se volvieron previsibles, bajaron su rendimiento y no lo han recuperado salvo ese chispazo frente a un Real Zaragoza que venía hundido. Desde Maximiano hasta Suárez, el único con crédito y que se puede permitir algún partido menos vistoso, no se ve a nadie que dé un paso adelante y tome la responsabilidad. El Almería se ha convertido en un equipo más, previsible y sin timón. Ni Rubi acierta ni los demás hacen por cambiar. De nada sirve un 4-1 en casa si seis días más tarde regalas tres goles contra el Burgos.

Plantilla

La más elogiada de Segunda. Un Pichichi contrastado. Dos porteros que vienen de Primera y unos centrales a los que El Assy defendió como “los mejores” de la Liga. Con el nombre no se va a ningún lado y el Almería vive en la delgada línea entre reaccionar y dar un último empujón o dejarse llevar en las últimas diez jornadas.

A Rubi le duele especialmente lo que está ocurriendo porque se quedará, pase lo que pase, mientras que el resto sabe que en verano llegarán ofertas y volarán. En definitiva, El Assy dio una segunda oportunidad al equipo del descenso; Rubi lo recuperó y se ha vuelto a caer. Pese a todo lo malo, sigue a un punto del Play Off y el sábado llega un Levante que no suele perdonar.