La Voz de Almeria

Salud

El nuevo rostro de la salud mental adolescente en Almería: "El grupo me salvó la vida"

Nace un proyecto piloto en la provincia que ofrece atención integral a jóvenes y familiares

Está formado por Macarena Marín Olalla, Raquel González Rojas, Carmen Rodríguez Díaz, Cristina Sánchez Asensio, Alexandra Cintas López, Francisca Rojas Segura y Rosa Benítez Egea.

Está formado por Macarena Marín Olalla, Raquel González Rojas, Carmen Rodríguez Díaz, Cristina Sánchez Asensio, Alexandra Cintas López, Francisca Rojas Segura y Rosa Benítez Egea.La Voz

Alberto Godoy
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En los últimos años, los casos de adolescentes que presentan trastornos relacionados con la salud mental han experimentado un crecimiento sostenido, afectando a centros educativos, servicios sanitarios y entornos familiares. La pandemia supuso un punto de inflexión para muchos jóvenes, que vieron interrumpidas sus rutinas, relaciones sociales y apoyos cotidianos. A partir de ese momento, los profesionales sanitarios comenzaron a detectar un aumento en las consultas por síntomas ligados a alteraciones emocionales severas.

El Área de Gestión Sanitaria Norte de Almería no ha sido ajena a esta evolución. La presión asistencial sobre los servicios de salud mental infantojuvenil ha crecido, y una parte importante de las urgencias psiquiátricas pediátricas hoy tiene como protagonistas a adolescentes que acuden —en muchos casos, junto a sus familias— con síntomas vinculados a la inestabilidad emocional: autolesiones, intentos de suicidio, trastornos alimentarios, aislamiento social o una marcada falta de sentido vital.

Este fenómeno coincide con lo que reflejan numerosos estudios a nivel nacional e internacional. Organismos especializados han alertado del aumento de la psicopatología en la adolescencia, especialmente en aspectos como la depresión, la ansiedad, el estrés crónico y la disregulación emocional. El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), una de las afecciones más complejas en adultos, encuentra muchas veces sus primeros indicios en etapas tempranas de la vida, y explica una proporción significativa de las demandas en salud mental.

CACTUS, una iniciativa pionera

Frente a este panorama, en 2021 se puso en marcha el Programa CACTUS (Cuidado Avanzado en Crisis para la Transición y el Sufrimiento), diseñado específicamente para intervenir en crisis emocionales graves durante la adolescencia. La iniciativa surge desde la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Área Norte de Almería y tiene como objetivo ofrecer una atención intensiva y multidisciplinar a jóvenes entre 12 y 18 años que se encuentren atravesando un momento de desequilibrio psicológico que impacte de forma significativa en distintos ámbitos de su vida.

El programa también trabaja directamente con las familias de los adolescentes, entendiendo que muchas veces la red familiar es clave tanto en la aparición como en la resolución de los conflictos emocionales. La intervención pretende ir más allá de un enfoque exclusivamente clínico, integrando la dimensión social, escolar y relacional de los adolescentes que participan en el tratamiento.

El programa se articula en torno a cuatro fases secuenciales que permiten un abordaje progresivo y sostenido de cada caso atendido: evaluación, contrato terapéutico, tratamiento y seguimiento.

El programa se articula en torno a cuatro fases secuenciales que permiten un abordaje progresivo y sostenido de cada caso atendido: evaluación, contrato terapéutico, tratamiento y seguimiento.La Voz

El nombre del programa —CACTUS— guarda un carácter simbólico. Así como esta planta sobrevive en entornos hostiles, acumulando recursos internos y protegiéndose a través de sus espinas, el adolescente en crisis también puede parecer resistente mientras atraviesa un sufrimiento profundo.

Estructura del programa

El Programa CACTUS se articula en torno a cuatro fases secuenciales que permiten un abordaje progresivo y sostenido de cada caso atendido. La primera etapa es la evaluación inicial, donde el equipo clínico analiza las características específicas del joven y su entorno: situación familiar, dinámica escolar, condiciones sociales y recursos personales disponibles.

Posteriormente, se establece un contrato terapéutico. En esta segunda fase, los profesionales acuerdan con el adolescente y su familia los compromisos que implica la intervención —frecuencia de asistencia, objetivos terapéuticos y normas de funcionamiento—, buscando así fomentar la participación activa en el proceso.

La tercera etapa supone el núcleo del tratamiento. Se desarrolla a lo largo del curso escolar y consta de sesiones semanales grupales tanto para adolescentes como para sus familiares. El tratamiento combina estrategias individuales, trabajo en grupo y seguimiento intensivo a través de distintos canales de comunicación. Este acompañamiento constante permite responder de forma rápida ante posibles crisis o retrocesos.

Desde su inicio, el Programa CACTUS ha atendido a 25 adolescentes de distintos perfiles y contextos sociales

Finalmente, en la cuarta fase, se realiza un seguimiento post-terapia, orientado a consolidar los logros, prevenir recaídas y mantener el vínculo con el sistema sanitario para quienes lo necesiten.

La intervención terapéutica del programa está basada en la Terapia Dialéctica Conductual (DBT, por sus siglas en inglés), un enfoque desarrollado por Marsha Linehan y adaptado posteriormente a la población adolescente por autores como Alec Miller. A través de la DBT, se trabajan habilidades como la tolerancia al malestar, la regulación emocional, la atención plena y las habilidades de relación interpersonal. Una parte sustancial del tratamiento se centra en enseñar a los jóvenes herramientas prácticas para afrontar sus emociones, mejorar su comunicación y reducir conductas impulsivas o autodestructivas.

Está formado por Macarena Marín Olalla, Raquel González Rojas, Carmen Rodríguez Díaz, Cristina Sánchez Asensio, Alexandra Cintas López, Francisca Rojas Segura y Rosa Benítez Egea.

Está formado por Macarena Marín Olalla, Raquel González Rojas, Carmen Rodríguez Díaz, Cristina Sánchez Asensio, Alexandra Cintas López, Francisca Rojas Segura y Rosa Benítez Egea.La Voz

En boca de sus protagonistas

Una de las adolescentes que ha formado parte de CACTUS describe así su experiencia: “Recuerdo que tenía que salir del instituto y que nadie lo entendía. Recuerdo los miedos al principio de estar ahí con gente que no conocía de nada. Después pasaron los días, y para mí, estaba deseando que llegara el miércoles. Durante la semana estaba hecha una mierda. Las cosas me iban mal. me acababa de mudar y llevaba años que me pasaban de curso. Mi vida no tenía sentido, no pertenecía a ningún sitio. Poco a poco me fui encontrando, conociéndome más, y sintiendo que era algo, ¡CACTUS! En la soledad que se siente al principio, saber que hay gente que les pasan cosas parecidas, que están ahí para luchar y compartir contigo el sufrimiento y que te aceptan a pesar de todos los pensamientos negativos que tienes, ¡es una pasada! Escribo esto cuando ha pasado un tiempo, y pienso que el grupo me salvó la vida.”

El rostro humano

Detrás del Programa CACTUS hay un equipo interdisciplinar compuesto por profesionales de distintas especialidades. La coordinación general corre a cargo de la doctora Macarena Marín Olalla, psiquiatra especializada en infancia y adolescencia. Bajo su dirección trabajan Raquel González Rojas, Carmen Rodríguez Díaz, Cristina Sánchez Asensio, Alexandra Cintas López, Francisca Rojas Segura y Rosa Benítez Egea.

Mientras que las enfermeras se centran en la gestión emocional individual, la prevención de conductas de riesgo y la promoción de hábitos saludables, las trabajadoras sociales actúan como vínculo entre el adolescente, su entorno escolar y los recursos comunitarios disponibles. También acompañan a las familias en el proceso, ayudándolas a asumir un rol activo en la recuperación.

Primeros resultados

Desde su inicio, el Programa CACTUS ha atendido a 25 adolescentes de distintos perfiles y contextos sociales, junto a sus respectivos núcleos familiares. En estos cuatro años, se han realizado más de 120 sesiones grupales con adolescentes y unas 40 con familias.

El ritmo de incorporación de nuevos pacientes ha sido progresivo: cinco jóvenes atendidos en 2021, seis en 2022, cinco en 2023 y nueve en el año 2024. En todo este tiempo, el programa ha mantenido una tasa de abandono muy baja, lo que indica una buena adherencia tanto por parte de los adolescentes como de sus familias. 

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