"No me gusta cogerme vacaciones en agosto, pero si no lo hago, me como ocho guardias y siete tardes. Al final, opto por irme un mes que odio… porque si no, me destrozo", reconoce Belén Granados, médica de familia.

Lleva desde 2014 ejerciendo en centros de salud de Almería y en todos estos años, asegura, ningún verano ha sido mejor que el anterior. Todos igual de caóticos. Todos igual de desgastantes. "Desde el 15 de julio al 31 de agosto es lo peor. La gente se va, no hay sustituciones reales, y los que nos quedamos, nos hundimos".

A la consulta donde deberían estar ocho médicos, llegan tres. Los pacientes, frustrados. Las urgencias, desbordadas. Las ganas de seguir, cada vez menos. "Yo me he planteado dejar la profesión muchísimas veces". 

Esta es la situación que ha provocado que este jueves 5 de junio la sanidad pública haya vuelto a ser noticia en Almería. Casi un centenar de personas han protestado contra los recortes en las contrataciones estivales frente a la Bola Azul. Convocados por los sindicatos SATSE, CSIF, CCOO, UGT y la plataforma ciudadana Marea Blanca, los manifestantes han denunciado el "deterioro alarmante" de la sanidad pública en la provincia, especialmente durante los meses de verano.

Según datos confirmados por la propia Administración en mesa sectorial, este verano se contratarán 24 facultativos especialistas y 10 médicos de familia menos que el año pasado; una situación que se agrava si se tiene en cuenta que en 2024 ya se vivió con plantillas mínimas. A pesar de que desde la Consejería de Salud se insiste en que "se mantienen las cifras del año pasado", los sindicatos aseguran que el escenario es incluso más precario, con centros de salud que cerrarán por las tardes, listas de espera en aumento y una plantilla insuficiente.

"Si el éxito radica en que no se cierren centros completos, sino sólo por las tardes, eso demuestra el fracaso de la sanidad andaluza", lamentaba una portavoz sindical.

Contratos por días y bolsas de 2021

Los médicos -como Granados- no son los únicos que sufren los recortes. La situación golpea especialmente al personal eventual, como explica Rocío Clemente Rodríguez, administrativa en el sistema público. "El año pasado encadené contratos de 7 a 15 días... Este año ni me han llamado todavía. Solo han salido dos contratos. Y eso que tengo una puntuación bastante buena", asegura.

Rocío, como muchos otros profesionales, denuncia que las bolsas de empleo no se actualizan desde 2021, lo que obliga a miles de profesionales a esperar convocatorias extraordinarias sin apenas garantías. "Estamos en 2025, casi 2026, y seguimos con bolsas congeladas desde hace cuatro años. Así no hay manera de trabajar con dignidad".

'Salud Responde' no responde

La falta de contrataciones no solo afecta al personal de los centros sanitarios, sino que también pone en riesgo la calidad asistencial. Rocío lo denuncia con rotundidad: "Soy profesional, pero también soy usuaria. He pedido cita médica y me la dan para dentro de dos semanas y media. ¿Qué hago mientras, me muero?".

A la disminución de médicos y enfermeros se suman recortes en otras categorías esenciales como el personal de mantenimiento: el Hospital de Torrecárdenas contará con 14 trabajadores menos este verano, cuando ya venían trabajando "bajo mínimos".

"La gente que ya está contratada asume sobrecargas ilegales, acumulando guardias o siendo trasladados a otros centros sin cubrir su plaza original", denuncia Rocío. "Eso es pan para hoy y caos para mañana".

"Nosotros tenemos la plataforma Salud Responde, que no responde"Pilar Rodríguez, usuaria del SAS

A Rocío le da la razón Pilar Rodríguez, miembro activo de la Marea Blanca y usuaria del sistema sanitario andaluz. "Nosotros tenemos la plataforma Salud Responde, que no responde. No puedes tener un plazo de 20 días para ver al médico de cabecera, es una vergüenza", denuncia. 

Su marido es diabético y necesita controles regulares. Si se le caduca la medicación en ese lapso, nadie lo ve. Si tiene una herida (algo común en personas con diabetes), puede empeorar sin atención. 

Si bien la situación de su esposo la preocupa, no deja de ser un caso hipotético. Sin embargo, también recuerda situaciones reales: "Una amiga mía, Maribel, tiene problemas en los conductos biliares. Se puso amarilla. Fue a urgencias, y allí le dijeron que no le podían hacer una ecografía. Le mandaron al médico de cabecera. Fue al centro de salud de Benahadux… y no había manera ni de coger cita en ventanilla", lamenta.

"Ni por Salud Responde, ni por urgencias. Ni un sistema ni el otro. Entonces, ¿cómo vamos al médico?", se pregunta Pilar, para después añadir que la situación no es viable: "No tiene ni pies ni cabeza". Y lo peor, dice, es que ya se ha eliminado la posibilidad de coger número por ventanilla en algunos centros. Solo queda la opción telefónica, que se encuentra colapsada. ¿El resultado? Las urgencias, aún más saturadas. "En Benahadux la cola da la vuelta a la manzana. Y no hay pediatra de urgencias. Si tu bebé tiene 40 de fiebre, te tienes que ir a Torrecárdenas con cuatro horas de espera", lamenta.

Dinero hay, pero no para todos

Desde los sindicatos denuncian también una gestión incoherente de los recursos. "Dicen que no hay dinero, pero estamos en el mayor presupuesto sanitario de la historia", protestan. "Distrito Almería gasta mensualmente unos 100.000 euros en pagar consultas extraordinarias por la tarde a otros médicos, algo que no se extiende al resto de categorías profesionales", denuncia a su vez Rocío. Mientras tanto, los profesionales más jóvenes o con puntuaciones medias buscan oportunidades en otras provincias.

"Tengo compañeras a las que les han dado contrato de tres meses en Málaga. Aquí ni llaman", explica Rocío, madre de dos hijos. "Me estoy planteando abrirme a toda Andalucía y dejar a mi familia aquí. Es muy duro, pero Almería es la peor con diferencia".

Un verano más con una sanidad bajo mínimos

La concentración de este jueves visibiliza una situación estructural que se repite cada año, con más gravedad. Desde Marea Blanca y los sindicatos insisten en la necesidad urgente de actualizar las bolsas, cumplir los pactos firmados en 2023 y garantizar contrataciones dignas. "No se puede mantener una sanidad pública de calidad con estas condiciones", concluyen.