La odisea de los almerienses que viven en el extranjero: "Tardo un día entero en volver a casa"
Precios abusivos, malos horarios y un sinfín de enlaces completan la aventura para llegar a Almería

Montaje trayectoria desde Almería a diferentes ciudades europeas.
Isabel Pérez es una almeriense de 23 años que reside en Berlín. Cada Navidad, Semana Santa o verano, como otros muchos estudiantes, decide aprovechar sus vacaciones y volver a casa junto a su familia. Lo vive con ganas, pero también con algo de hartazgo. En el momento en el que Isabel decide poner un pie en la estación, comienza oficialmente la odisea de transportes, enlaces y –probablemente– algún que otro retraso de camino a casa.
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"Lo difícil siempre es llegar a Almería. En mi caso, no tengo vuelo directo y sí o sí tengo que volar a algún otro aeropuerto español", detalla para LA VOZ la almeriense residente en Alemania. Es ahí, en su llegada a España, cuando comienza su verdadera aventura. "Pese a que viva en el extranjero, la mayor parte de mi viaje es volviendo a Almería desde ciudades como Madrid", cuenta.
Un vuelo entre Berlín y Madrid dura algo más de 3 horas. Ir de Madrid hasta Almería alrededor de 7, tanto en autobús como en tren. Una diferencia de más del doble. Si a esto sumamos el tiempo que Isabel tarda en llegar al aeropuerto desde su casa, la antelación con la que debe llegar y, luego, el tiempo entre que aterriza en Madrid y consigue enlazar con el autobús o tren que la llevará a Almería, el viaje alcanza prácticamente un día entero. 24 horas viajando que, en el mejor de los casos, le habrán costado unos 200 euros.

Una de las estaciones alemanas desde las que Isabel comienza su viaje a Almería.
Dormir en el aeropuerto para llegar
Isabel dedica más de la mitad de su viaje en el trayecto Madrid-Almería, cuando en realidad viene de mucho más lejos. "Hay veces que, para abaratar costes, consulto otros aeropuertos. Recientemente volé a Castellón. Desde allí, de nuevo, me encuentro con el problema de cómo volver a Almería", apunta.
El tema de enlazar un autobús con un avión es el que, en ocasiones, complica el llegar a casa en un tiempo prudencial. Esta estudiante almeriense se ha visto obligada alguna que otra vez a pernoctar en el aeropuerto de Madrid, dado que su vuelo salía a primera hora de la mañana y no estaba dispuesta a gastarse lo equivalente a un hostal para pasar la noche. "Viviendo en Almería muchas veces hay que pasar la noche de antes en Madrid para volar. Siendo estudiante prefiero optar por la versión barata...", confiesa.
Como ella, esta es la realidad de cientos de jóvenes almerienses que residen en otros países y que, de vez en cuando, tienen que someterse a una auténtica odisea para volver a casa. Isabel al menos tiene la suerte de residir en Almería capital que, aunque no goce de una buena conexión ferroviaria, sí que tiene aeropuerto y alguna que otra ruta en autobús. El asunto se complica aún más cuando se reside en el interior de la provincia.
Desde el interior de la provincia
Este es el caso de Rocío Rubio y Carmen Domene, dos jóvenes de Bayarque y Olula del Río –comarca del Valle del Almanzora– que siempre que quieren volver a casa dependen de sus familiares, que deben ir a recogerlas o llevarlas a las estaciones o aeropuertos más cercanos.
Rocío ha vivido recientemente en París. Para ir y volver siempre dependía de que alguien le llevase en coche. "Por suerte, mis padres siempre me podían llevar. El gran problema es que desde mi pueblo no tengo conexión directa con ningún tipo de transporte y dependo de ellos", detalla para este medio. Otros pueblos del interior sí que tienen alguna conexión en autobús con grandes ciudades, pero el sistema no deja de ser precario e insuficiente y de convertir el momento de regresar a casa en una auténtica travesía de película.
Para Carmen la situación ha sido casi más compleja que en los casos anteriores. En los últimos años, la almeriense ha vivido en Arizona (Estados Unidos) y en Amberes (Bélgica). Ir desde su pueblo, Olula del Río, hasta estos destinos internacionales se convertía en una aventura de un día entero, entre transbordos y esperas. "Para salir del pueblo siempre dependo de mis padres. A eso hay que sumar las horas que tarde en llegar a mi destino. Aunque quieras volver más a casa, al final, tanto el precio, como las horas que inviertes para llegar hasta allí te hacen que prefieras quedarte o no volver", cuenta.

Aeropuertos internacionales más cercanos del interior de la provincia de Almería.
El hecho de que volver a Almería sea, en tiempo y en dinero, tan costoso genera una misma situación en las tres entrevistadas de este reportaje: que vuelvan menos a menudo a casa. Rocío explica que, incluso viviendo ahora en Madrid, hay ocasiones para las que ni siquiera le merece la pena contemplar volver a casa: "Para volver solo un par de días me tiro más tiempo en los transportes que en mi casa", detalla. Lo mismo le sucede a Isabel: "Si quieres volver rápido a casa porque tienes pocos días, no merece la pena. Es un día de ida, otro día para recuperarte del viaje y luego otro día de vuelta. Las vacaciones que tienes se te van solo con el viaje".
La miel en los labios
Dentro de todo este entramado de enlaces, transbordos y muchas horas viajando, hay una situación relativamente habitual. En ocasiones, hay opciones más rápidas y efectivas que viajar a Madrid para llegar a ciertos destinos, pero los precios abusivos que fijan las aerolíneas impiden a muchos almerienses aprovecharse de ellos.
Mientras Rocío vivía en París, lanzaron el vuelo estival entre la capital francesa y Almería. Un vuelo directo que, en pocas horas, la conectaban con su casa. El problema es el precio de este tipo de vuelos. "Los vuelos directos desde Almería suelen ser mínimo 100 euros por trayecto, y cogiéndolo con mucha antelación y sin maleta. Los estudiantes Erasmus, por ejemplo, no se lo pueden permitir", detalla Isabel, que también ha vivido una situación similar.
Carmen vivió exactamente lo mismo mientras vivía en Bélgica. Pese a que existiese una opción directa entre la capital belga y Almería, "los precios altos y los malos horarios" de estos vuelos le obligaban a escoger otras opciones. "Al final, acabas haciendo lo de siempre, vuelas a Alicante y pides a tus padres que te recojan", relata.
Este tipo de opciones es como poner la miel en los labios del que lo necesita. Existe una posibilidad para volver a casa en pocas horas, sí, pero el precio y las condiciones del vuelo son impensables para muchos almerienses. A esto se añade que la mayoría de vuelos internacionales solo operan en la época estival. Una vez más, el problema de la estacionalidad en la provincia de Almería, que también afecta a aquellos que quieren volver a casa más allá del verano.
El sistema de transportes de Almería deja a estos emigrantes en una encrucijada que se traduce en la misma consecuencia: pagar. Los que se lo pueden permitir pagan con dinero para volver lo antes posible a casa –y en ocasiones ni siquiera lo consiguen–. Otros, como los estudiantes, pagan con tiempo. Pagan pasando la noche en el aeropuerto, pagan recorriendo media España en busca de la mejor combinación. Y, en definitiva, pagan siendo los principales afectados de un sistema insuficiente que no solo aleja el turismo de la provincia, sino también a los almerienses de su hogar.