El centro educativo Stella Maris, tradicionalmente conocido como las Jesuitinas, se convirtió el pasado sábado 22 de marzo, en punto de reencuentro para muchos de los alumnos a los que ha educado a lo largo de los 80 años de historia que tiene en la capital almeriense. El Primer Encuentro Intergeneracional de Antiguos Alumnos que ha organizado el centro, tenía un objetivo claro: conmemorar el 80º aniversario de la presencia de la comunidad Jesuitina en Almería. Se convirtió así en una ocasión ideal para rememorar vivencias y fortalecer los lazos de una gran familia que ha trascendido el tiempo.

Fue una celebración en la que hubo tiempo para todo. Así, el evento daba comienzo con una solemne eucaristía en la capilla del centro educativo, donde los asistentes, unidos por los recuerdos y el sentimiento de pertenencia, entonaron con emoción el himno de las Jesuitinas, 'Mil Albricias'. Este instante de recogimiento y gratitud sirvió como punto de partida para un día cargado de emociones y reencuentros inolvidables.

Tras la ceremonia religiosa, los antiguos alumnos se dirigieron al patio del colegio, donde pudieron compartir anécdotas, risas y abrazos con compañeros, profesores y religiosas que, con gran ilusión, viajaron desde distintas ciudades para ser parte de este encuentro intergeneracional. Fue un momento de evocación y alegría en el que cada rincón del colegio parecía cobrar vida con los recuerdos de generaciones pasadas.

El punto culminante de la jornada llegó con un almuerzo de convivencia, en el que los asistentes pudieron seguir compartiendo historias y reviviendo los años vividos en las aulas del Stella Maris.

Para cerrar con broche de oro, el dúo musical 'Lobo Rojo' ofreció un animado concierto que logró que todos los presentes, sin importar la edad, se unieran en el canto y el baile. A pesar de las inclemencias del tiempo, la música y el espíritu festivo predominaron, consolidando este evento como una experiencia inolvidable.

Este Primer Encuentro de Antiguos Alumnos del Colegio Stella Maris no solo ha servido para reforzar el vínculo entre generaciones, sino que también ha reafirmado el espíritu de comunidad y tradición que caracteriza a la gran familia Jesuitina. Sin duda, una jornada cargada de emociones que quedará en la memoria de todos los asistentes y que marca el inicio de futuras reuniones para seguir celebrando la historia y el legado de esta institución