Poemas narrativos, textos dramatizados y ensayos en verso. Todo conjugando una narrativa en la que la vida y la muerte se ponen sobre la mesa, valorando cada una de las dos, poniendo a prueba la capacidad que tienen las personas de matar y de amar. Estos son los tópicos que Coco Beltrán, que firma bajo el nombre de Alba de Tormes, toca en su libro Trilogía del guerrero, de la Editorial Círculo Rojo.

Cada libro del volumen, definido como "brutal y desnudo sin reparos" por la autora, cuenta la historia de varios personajes de diferentes índoles. Desde una santa narcisita y excesiva, hasta una bruja vengativa o un asesino convencido. La obra cuenta así la historia del vencido y el ensalzado, la del asesino y el asesinado.

La autora bajo el seudónimo

Coco Beltrán se define así misma como "una niña perpetua: radical, inquieta e intuitiva", según cuenta a LA VOZ. Defiende que, en estos tiempos que corren, necesitamos de la locura de los niños, ya que nos permite combatir los traumas que nos genera la experiencia.

El seudónimo 'Alba de Tormes' se remonta a la primera vez que publicó, con su poemario Sangre. Coco cuenta que sentía la necesidad de "“ficcionar” de alguna manera lo que había sucedido, aquello que me llevó a escribir, el porqué y sobre todo el cómo". Para construir su personalidad literaria, cogió el apellido de su madre, cuál modificó, y eligió el nombre Alba pensando en la primera luz que trae el día.

Con Sangre nació Alba de Tormes, y con Trilogía del guerrero continúa su legado. Ficcionandose así misma de la misma forma que ficciona a algunos de sus personajes, no todos, de su última obra. "Cada uno de ellos cuenta la historia de varios personajes, unos ficticios y otros reales (siempre ficcionados)", cuenta la autora para LA VOZ sobre cada uno de los libros que componene la trilogía.

La inspiración de la trilogía

"El libro nació de la tristeza brutal que siento, como casi todo lo que he escrito anteriormente. Soy una persona que todos los días se plantea el valor de la vida y el precio de la muerte.", cuenta Coco sobre el nacimiento del libro. Pero fue cuando leyó Los barcos hundidos que te visitan de Angélica Liddell que empezó a darle forma y a escribir la historia. Empezando como sólo conjunto de versos que no superaban las veinte páginas, cuatros meses después ponía el punto final al texto.

Que una obra de Angélica Liddell haya inspirado a la autora para escribir su última obra no es casualidad ya que, como ella misma dice cuándo se le pregunta qué tipo de literatura consume, "no paro de hablar de Angélica Liddell". Hablando de las obras que la han formado, Coco Beltrán consume obras de mujeres. "Leí a las poetas más grandes, Santa Teresa, Anne Sexton, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik, Idea Vilariño, Joyce Mansour, etc. Con ellas descubrí que me muevo mejor en los márgenes. Esto no quiere decir que fueran malas o que yo sea una feminista «intachable», al decir márgenes quiero decir ocultas, peligrosas, bombas, bestias, brutales y titánicas. Las mujeres no escriben para mujeres, las mujeres escriben".

Actualmente disfruta mucho de la literatura ilustrada y del cine para niños, volviendo a la definición que da de sí misma como una niña inquieta. Tanto es así que se está planteando que su siguiente proyecto se decante por la puericidad. Aunque entre sus obras favoritas, de manera más específica, Coco cuenta a LA VOZ que "en mi mesa no puede faltar nunca la Biblia, siempre recomiendo Primavera Sombría de Unica Zürn, no paro de hablar de Angélica Liddell, Caín o Abraham y me encanta la literatura del Marqués de Sade."

Un libro no para todo el mundo

Coco Beltrán, o Alba de Tormes, define el libro Trilogía del guerrero como "un libro brutal, desnudo sin reparos y no para todo el mundo". En cuanto al tipo de público que va dirigido, se destacan personas de espírito inquieto e inconforme pero "de carne y hueso, como tú y como yo al fin y al cabo".

La autora deja, por último, una frase que define los problemas de los autores cuando escriben un libro con un mensaje claro que tramistir. Cuando un escritor plasma sus sentimientos e inquietudes en una obra, tienen muy en cuenta que no todo el mundo puede llegar a entenderlos, o tomar el mensaje de la manera equivocada. Teniendo esto en cuenta, Coco Beltrán deja esta frase para LA VOZ: "A veces cuesta llegar a un público que sólo disfruta de lo que quiere escuchar".