La Voz de Almeria

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Manuel Guerrero: "Yo fui el responsable de poner en valor la Geoda de Pulpí"

“Estamos en el proyecto de ampliar el recorrido por la Mina Rica, hacerla circular y mostrar la luminiscencia de las rocas y minerales”

Manuel Guerrero junto al autor de la entrevista Antonio Hermosa en el desierto de Tabernas

Manuel Guerrero junto al autor de la entrevista Antonio Hermosa en el desierto de TabernasLa Voz

Antonio Hermosa
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Manuel Guerrero Manzano, natural de Madrid, se siente hijo total y absoluto de Almería. Toda mi vida la he pasado aquí. Aquí me casé, aquí tengo mis hijos, he tenido mi trabajo y, actualmente, gozo con salud de una dichosa jubilación. 

Ha sido profesor de Secundaria durante 41 años, pero su afición ha sido el mundo de la contemplación y el estudio de las Ciencias de la Tierra.

Lo he practicado solo como una mera herramienta cultural, para transmitir a los alumnos. 

Pero en esta etapa de su vida, ha tenido el regalo y la dicha de poder poner en valor la famosa Mina Rica de Pulpí.

Allá por el año 1999, fui el responsable, con la ayuda de la Universidad de Almería, y en compañía de José María Calaforra, de poner en valor la mina, con lo que significa para Almería ser un hito geológico declarado monumento natural y, actualmente, como sabemos, lo visitan miles y miles de personas y, por lo que tengo entendido, ninguna sale indiferente.

Y allí estaba la famosa geoda. Manuel la encontró y tuvo que luchar para evitar que intentarán trocearla y venderla. 

En el grupo del que yo formaba parte, había varios elementos que, cuando visitaban la mina, tenían como objetivo recolectar minerales de determinada calidad cristalográfica, o por razones de su rareza, para alimentar colecciones o llevarlas a ferias y venderlas. En aquel puente de la Inmaculada, cuando se abrió la geoda, su primera reacción fue guardar absoluto silencio y no decir nada, para depredar la geoda y vender los cristales al mejor postor, o sea, particulares, museos, etcétera.

Porque por un trozo de este monumento geológico se podía sacar mucho dinero.

En aquellos días, por un cristal de yeso, nos podían dar entre 600 y 1000 pesetas. Yo planteé proteger la mina y provoqué un enfrentamiento muy árido que me costó enemistades y salir del grupo. Me mantuve firme, hice un acto de fe, de ilusión. Me lancé a la aventura con la Universidad y, después de 20 años, se ha conseguido ponerla en valor.

Tropezaron con numerosísimas dificultades.

Más que nada por la incultura sobre el medio ambiente qque hay en nuestra tierra. 

Pero nunca perdió la ilusión. 

Peleábamos. Echábamos más papeles, más administración, más visitas. Conseguimos traernos personas de alto valor científico de Almería, como fue Javier García Guinea, Francisco Ruiz y otros tantos que ahora no me acuerdo, que ayudaron muchísimo a hacer suficiente ruido.

Fue fundamental la visita del equipo de filmación del cineasta Javier Trueba. 

Estaba realizando un documental titulado El misterio de los cristales gigantes. Empezaron a filmar en Segovia en las antiguas minas romanas de yeso de Cuenca, y luego se trasladaron a Almería. Colaboré como asesor, porque conocía bien la mina. Se hizo un documental que es poco conocido, pero es muy formativo. Se trasladaron también a Chile y a México, en el estado de Chihuahua, para filmar los grandes cristales que, tristemente, no se pueden ver porque están en una mina abandonada, a una cota minera muy profunda y con aguas subterráneas. 

Por su tamaño y la pureza de los cristales, la mina de Pulpí goza de ser el hito geológico más singular y bello del planeta. 

Quisiera apuntar también que es la propia mina la que brinda belleza. Toda la mina está jalonada de cristalizaciones de diverso tipo: yeso, estroncio, celestina, hierro. A cuál de ellos más bonito.

Manuel Guerrero también ha participado en descubrir luminiscencias en algunos lugares de la Mina Rica.

Es otro añadido más que tiene la mina. Estamos ahora en el proyecto de ampliar el recorrido y hacerlo circular y salir por otro sector que vale mucho la pena visitar. 

Pero sabe que supone un esfuerzo administrativo para destinar fondos para hacer remodelaciones en el interior de varias naves de explotación.

Tengo la esperanza de que se va a conseguir porque estoy convencido que la mina ganará muchísimos enteros.

Lo que empezó siendo una pequeña curiosidad se ha convertido en una vocación. Valorar la singularidad de la naturaleza y contemplar su belleza: Dice que deberíamos ser más conscientes de lo que tenemos en Almería, tanto en la superficie como en mundo minero. Recuerda a los responsables del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora que hay un coto minero con una raigambre histórica excepcional.

Me refiero a un socavón y un túnel de 4 kilómetros que practicó en los años 40 una compañía en Sierra Almagrera. Entre 1850 y 1930 cerraron todas las antiguas concesiones históricas. Cuando la compañía se retiró, dejó el socavón vacío y a la vista estructuras de madera, pozos, todo un tesoro arqueológico que se está muriendo por el abandono absoluto. 

Lo denunció y sólo le hicieron caso dos personas. Una de ellas, Enrique Fernández, que ha escrito un gran libro sobre la historia de la minería de Sierra Almagrera, que hace referencia a la vida social de la época y a la minería en superficie.

Pero no se conoce el interior. Y, sin embargo, esa galería tiene atesorado una arqueología que merece la pena ponerla en valor y que la gente vea, porque así conocerán mejor el origen y la riqueza minera que supuso para Almería desde 1640. No olvidemos que fue la primera productora mundial de plata.

El espíritu inquieto y curioso de Manuel Guerrero también le llevó a colaboró con la empresa Sant Joe Transaction en el año 1989, mapeando todo el cerro del Cinto de Rodalquilar, en Níjar, sus pozos y galerías. 

Pero el objetivo era técnico, se trataba de evaluar las reservas de oro que habría. Se solicitó a la administración la apertura de la mina para la explotación, pero el sistema con que se quería hacer no era nada favorable para mantener el medio ambiente y, afortunadamente, la administración andaluza no dio permiso.

Y ahora nos lo encontramos por el desierto de Tabernas haciendo un descubrimiento extraordinario, la luminiscencia de las rocas. 

Un regalo más fruto de mi curiosidad. La apreciación de la transparencia y de la luminiscencia que ya veíamos en la Mina Rica de Pulpí. Una tarde que estaba con José Miguel Alonso, muestreando los carbonatos que estamos viendo ahora, se me ocurrió llevar la linterna de rayos ultravioletas, ilumine un fragmento que había en uno de los cauces de la rambla y, para nuestra sorpresa, nos encontramos con que las rocas tenían un brillo magnífico, precioso. Extendimos la iluminación al resto del entorno, y vimos que no eran solamente pequeños fragmentos, sino todo un sistema de rocas carbonatadas, productos de aguas termales que se habían precipitado y que están, al parecer, contaminadas con tierras raras. Creemos que contiene polonio, germanio y estroncio, que pueden ser los responsables de dicha luminiscencia, y que ahora tratamos de poner en valor para que la gente de Almería la contemple y disfrute.

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