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Así se preparan para La Desértica: sudor, estrategia y amistad en 73 kilómetros

Uno de las cuatro carreras de ultrafondo organizadas por la Legión

José Cazorla, senderista en La Desértica

José Cazorla, senderista en La DesérticaLa Voz

Helena Sánchez
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Cada año miles de personas tratan de conseguir plaza en alguna de las cuatro carreras de ultrafondo organizadas por la Legión Española: la más veterana los 101 kilómetros de Ronda, La Cuna de la Legión (Ceuta), La Africana (Melilla) y La Desértica (Almería), que este 2025 celebrará su octava edición.

Las preinscripciones para la carrera almeriense se abren en mayo, y las inscripciones oficiales, en junio. Un evento que no para de crecer en participación y prestigio: ya es la segunda más demandada del circuito legionario, solo por detrás de Ronda.

Entre quienes ya preparan su mochila y planifican sus entrenamientos está José Cazorla, un senderista veterano que empezó en este mundo casi sin querer y ya ha completado las cuatro pruebas oficiales de la Legión. Este año sumará su decimotercera participación. Y su historia resume muy bien lo que significa enfrentarse a este tipo de desafíos.

“Me metieron en el equipo sin yo saber nada”

Fue en 2018 cuando José participó en su primera carrera: los 101 kilómetros de Ronda. “Me engañaron, entre comillas”, bromea, “nunca me había interesado por estas pruebas, pero unos amigos, me metieron en el equipo sin que yo lo supiera. Dije ‘bueno, pues adelante’ y así empecé”.

La experiencia lo marcó. Tanto, que poco después se animó a participar en La Desértica. Y de ahí pasó a completar también las pruebas de Ceuta y Melilla, logrando así completar el circuito legionario. En mayo volverá a estar en la salida de Ronda, una cita que ya es tradición para él y sus amigos.

Lo que no puede faltar

La organización exige una lista clara de materiales que todos los participantes deben llevar:

- Manta térmica

- Frontal delantero y luz roja trasera

- Depósito de agua mínimo de 2 litros

- Ropa por debajo de la rodilla

- Cortavientos de manga larga con capucha

- Chubasquero

“En La Desértica del año pasado, por ejemplo, me pilló la lluvia. Menos mal que llevaba el chubasquero, porque llegué a meta lloviéndome”, recuerda. También es obligatorio portar luz para la noche y llevar siempre agua encima, más allá de los avituallamientos.

Avituallamientos, comida, bebida… y estrategia

"En La Desértica hay entre 10 y 15 puntos de avituallamiento, distribuidos a lo largo de los 73 kilómetros. Algunos ofrecen líquidos, otros comida sólida, y otros ambos", expresa el senderista.

Lo habitual es encontrar fruta (plátanos, naranjas), frutos secos, barritas energéticas, dátiles y bebidas isotónicas. “A mediodía, te dan algo más consistente como un sándwich”, cuenta José.

Punto de avituallamiento en la carrera de la Legión.

Punto de avituallamiento en la carrera de la Legión.La Voz

En pruebas más largas como Ronda, incluso hay comida caliente en mitad de la noche: “Un caldo o algo caliente viene muy bien para seguir”. 

Pero recalca que entre un avituallamiento y otro pueden pasar muchos kilómetros. “Siempre voy bebiendo entre puntos. Llevo un camelback con litro y medio o dos. Hay gente que no se hidrata entre paradas, y eso pasa factura”.

En pruebas tan largas y exigentes, cualquier fallo puede salir caro. José no ha sufrido percances graves, pero sí ha tenido que lidiar con inconvenientes: “Llega un momento que se me cargan los tobillos y me toca aflojar. He tenido que tirar de réflex o de paracetamol, pero nunca he abandonado”.

Sí ha presenciado situaciones más complicadas. “En 2019, en Ronda, hubo una ola de calor. A las tres de la tarde estábamos a casi 40 grados. Vi a mucha gente tirada en las cunetas. La Legión no daba abasto para evacuar a todos”.

También ha visto casos de hipotermia nocturna: “He pasado por zonas donde había participantes cubiertos con la manta térmica, sentados en el camino, esperando a ser recogidos por la organización”.

El ambiente que engancha

Lo que atrapa no son solo los paisajes o el reto físico. Lo que muchos recuerdan con más emoción es el ambiente. José tiene amigos que conoció en Ceuta, y con los que se reencuentra año tras año. “ Son varios los que veo en cada salida y nos saludamos. Aunque vivamos en sitios distintos, seguimos en contacto”.

También tiene un grupo con dos amigos, uno de Cádiz y otro de Sevilla, con quienes se ve todos los años en Ronda. “Alquilamos un apartamento, hacemos la prueba y aunque uno corre y nosotros no, siempre nos reencontramos al final. Llevamos años haciéndolo así”.

El senderista José Cazorla, acompañado de sus amigos y compañeros de carrera.

El senderista José Cazorla, acompañado de sus amigos y compañeros de carrera.La Voz

“Cada vez que participo, me supero a mí mismo”

José lo tiene claro: cada carrera es una forma de superarse. “Siempre te preguntas qué haces allí, cuando quedan 70 kilómetros por delante. Pero cuando te acercas al arco de meta, con la gente animando, los compañeros gritando ‘¡ya lo tienes!’, sientes que todo el esfuerzo ha merecido la pena”.

Al día siguiente, el cuerpo duele. “Te pasas dos días cojeando, con agujetas. Pero la cabeza ya está pensando en la siguiente. Es algo que solo los que lo vivimos entendemos”.

Y deja un mensaje claro para quien se esté planteando participar: “No hace falta que acabes a la primera. Hay gente que no entra en tiempo, pero eso también tiene mérito. Lo importante es prepararse bien y disfrutar de la experiencia. Si no se consigue un año, se vuelve al siguiente. Lo que está claro es que engancha”.

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