En estos días de cuarentena y confinamiento, las horas pueden aprovecharse al máximo para dedicarlas a uno mismo y a quienes le acompañan. Esta crisis puede servir para detenerse sobre aquellas cosas para las que nunca hay tiempo y reflexionar sobre lo que verdaderamente es importante. Por ello, aquí van 17 tareas con las que hacer de esta experiencia algo más que un encierro:

1. Anotar todos los besos y abrazos enviados por WhatsApp con el fin de materializarlos una vez acabe el confinamiento.
       
2. Escribir en algún cuaderno que nadie tiene la culpa de esta situación. Nadie.
       
3. Ordenar en sentido decreciente a todas las personas en función de cuanto se echa de menos su contacto directo. Invertir después el orden y pensar en los motivos.
       
4. Dedicar cada día de confinamiento a la memoria de un ser querido que ya no está entre nosotros.
       
5. Elegir un espejo y utilizarlo como herramienta de autorreconocimiento, al menos una vez al día.
       
6. Impedir que la frase "Todo volverá a ser como antes" se convierta en una sentencia recurrente. En realidad, "Todo será mejor que antes, una vez que se supere esta crisis".
       
7. Escuchar a diario una música que se haya compartido con una persona especial, aunque parezca que ya no tiene sentido.
       
8. La soledad de quienes están solos no debe ser la peor compañía, ni la compañía de quienes están acompañados, la peor soledad.
       
9. Hay que pensar antes de actuar. Antes de hacer un puzzle de 5.000 piezas o de construir la Torre Eiffel con palillos de los dientes.
       
10. Almacenar en la memoria los momentos más duros, para recuperarlos cuando haya que tomar decisiones importantes.
       
11. No perderse ningún aplauso de las 8 de la tarde.

12. Dormir cuanto sea necesario. Soñar cuanto sea posible.
       
13. Las redes sociales, sólo como necesidad.
       
14. Cuando la casa ya esté totalmente ordenada, no insistir en el orden. Puede volverse contra el ordenante.
       
15. El móvil siempre cerca por si llama quien menos cabría imaginar.
       
16. Cuando parezca que todo se oscurece, abrir la ventana y respirar. No sirve de nada, pero puede que al otro lado de la calle alguien esté haciendo lo mismo.
       
17. Amar.