La nueva temporada de Cuarto milenio llega pisando fuerte y como es habitual, Iker Jiménez ha dedicado el final del programa a reflexionar sobre asuntos que le parecen clave. En la última emisión, el rey de la nave del misterio ha hablado de "las señales" y cómo una en particular cambió su vida cuando era niño.

Según ha contado el presentador, a lo largo de toda su vida se ha dedicado a fijarse en las señales, prestando atención a todos los detalles. Y al parecer, cuando solo tenía diez años, al abrir al azar el libro de Pierre Delval El gran libro de los OVNIS, se topó con un pasaje que le hizo sentir que su destino estaba ligado al misterio. 

En esa página aparecían reportes policiales de avistamientos ovnis en Francia y Bélgica, y entre ellos figuraba como protagonista un niño de diez años. Según confiesa, si no hubiera encontrado ese fragmento, “yo no me hubiera dedicado a esto ni estaría hoy sentado aquí”.

Las casualidades no existen

Para Iker Jiménez, el hecho de que, en las trescientas páginas del libro, solo aparezca un niño justamente en la página que abrió él, le hizo pensar que era una señal clara sobre el futuro que le esperaba: “Al final esto es un poco el efecto mariposa. Todo lo que estamos haciendo repercute en el Universo y genera reacciones”.

"Ese libro estaba en el desván de mi tío Roberto y una noche invernal lo abrí por esa página concreta. Mis manitas abrieron una parte y no abrieron otra, por eso este libro siempre estará aquí y siempre he creído en las señales. Cada uno puede aceptar no creer en las señales, o dársela, tampoco se trata de vivir nervioso. Yo creo que nos dan una información y guían a tu instinto hacia un lado concreto", comentaba el conductor de Cuarto Milenio.

Para confirmar sus creencias, Iker contó que, durante su último viaje a Tokio se cruzó con un español y pensó "este hombre me ha conocido, quería hacerse una foto". Curiosamente, en el mismo viaje volvió a encontrarse con él en otra parte totalmente distinta de la ciudad y el compatriota le confirmó que, efectivamente, veía su programa y quería hacerse una foto con él.