La 82ª edición del Festival de Cine de Venecia volvió a convertirse en el epicentro del glamour internacional. Una semana de cultura, lujo y estilo que culminó el sábado 6 de septiembre con la esperada gala final, en la que se revelaron las películas premiadas de 2025. Como cada año, la alfombra roja reunió a las grandes estrellas del cine, la moda y la música, ofreciendo un desfile de looks inolvidables.

Uno de los más esperados de la velada fue el actor turco Can Yaman, de 35 años, que apareció en la pasarela roja acompañado de su pareja, la DJ argelina Sara Bluma, de 29. La pareja no pasó desapercibida y acaparó flashes y miradas, regalando gestos de complicidad que confirmaron la solidez de su romance. Su aparición fue uno de los momentos más comentados de la jornada, pues desde que hicieron pública su relación no han dejado de atraer titulares.

Fue el pasado mes de junio cuando ambos confirmaron oficialmente su historia de amor con un apasionado beso durante el Festival Global Series de Rímini. Desde entonces, se han dejado ver en distintos eventos internacionales, consolidándose como una de las parejas más mediáticas del panorama actual. En Venecia, su presencia volvió a demostrar que su relación va viento en popa.

Para esta ocasión tan especial, Can Yaman apostó por un estilismo elegante y atrevido a la vez. El protagonista de Pájaro soñador (Erkenci Kuç) lució un traje negro con un original estampado en silueta blanca en la chaqueta, acompañado por una camisa blanca de rayas negras verticales con cuello abierto. El detalle del escote, que dejaba entrever cadenas metalizadas, aportaba un toque desenfadado y moderno. Completó su look con unos zapatos de vestir adornados con pedrería en tonos azulados, una elección arriesgada pero que generó numerosos elogios.

Mientras tanto, los seguidores del intérprete aguardan con expectación el estreno de Sandokan, la esperada producción que lo devolverá a la televisión el próximo mes de diciembre. La serie promete convertirse en uno de los grandes lanzamientos del año y situar de nuevo a Can Yaman en el centro de la escena internacional. Con estilo, carisma y una historia de amor que brilla tanto como él, el actor volvió a ser protagonista indiscutible en la mágica noche veneciana.