Una vecina de Huércal de Almería ha conseguido una indemnización de 1.226 euros tras una negligencia en la reparación de una fuga de agua. Según FACUA, la afectada tuvo que afrontar una factura de agua desorbitada y contratar a una empresa privada después de que tres fontaneros enviados por su aseguradora no resolvieran el problema.

María Cristina C. M. detectó una fuga de agua en la fachada de su casa y contactó con su aseguradora de hogar. Desde la empresa le aseguraron que enviarían a un fontanero al día siguiente, pero nadie acudió. Tras una nueva llamada, finalmente apareció un técnico, quien tras picar la fachada no pudo solucionar el problema porque necesitaba un detector de fugas.

Horas más tarde, otro fontanero localizó la fuga, pero no pudo repararla debido a otros compromisos laborales. Al día siguiente, un tercer técnico indicó que necesitaba autorización para alquilar una herramienta adecuada, sin que la aseguradora diera una solución inmediata.

Pasados tres días y sin ninguna reparación, y siempre según explica FACUA, María Cristina se vio obligada a cerrar el suministro de agua para evitar mayores pérdidas. La situación se agravó cuando un técnico de Aqualia, la empresa suministradora de agua, le advirtió de que debía arreglar la fuga en un plazo de cinco días o se enfrentaría al corte definitivo del servicio. Además, el contador reflejaba un consumo excesivo, lo que indicaba que la avería había estado activa durante un tiempo prolongado sin ser solucionada.

Ante la falta de respuesta efectiva de la aseguradora, decidió contratar por su cuenta a una empresa privada, que solucionó la avería y reparó los daños en la fachada. La factura ascendió a 496,10 euros, importe que la afectada reclamó posteriormente a la aseguradora a través de la organización de consumidores de la que es socia desde hace casi una década. Tras la gestión de la reclamación, logró recuperar ese dinero.

Sin embargo, un mes después recibió una factura de agua de 730 euros, un importe desproporcionado en comparación con sus recibos habituales, que oscilaban entre los 42 y 45 euros. Este incremento fue consecuencia directa del consumo excesivo provocado por la fuga mientras esperaba la reparación por parte de la aseguradora. Según la lectura del contador, la fuga supuso un desperdicio de miles de litros de agua, generando un gasto inesperado que la afectada no podía asumir.

Ante esta situación, se presentó una nueva reclamación a la aseguradora, argumentando que el elevado consumo era consecuencia de su inacción. Se aportaron facturas previas como prueba del consumo habitual de la vivienda, y se solicitó el reembolso del importe excesivo. Finalmente, la aseguradora accedió a indemnizarla con los 730 euros adicionales.

Con esta resolución, la afectada ha recuperado un total de 1.226 euros, lo que subraya la importancia de reclamar ante incumplimientos de las aseguradoras y la necesidad de exigir responsabilidades cuando no se prestan los servicios contratados de manera adecuada.