“Su legado se escribe cada día”: el almeriense que quiere conquistar Europa
Con una pérdida auditiva del 54% se ha ganado el cariño del mundo del deporte con un método especial

Rubén es muy feliz en El Ejido y con su método se ha ido ganando el cariño de futbolistas, directivos y aficionados.
Una persona noble, educada, con valores muy marcados y que sirve como referente más allá del mundo del deporte. Rubén José Pérez Robles nació el 4 de febrero de 1991 (34 años), tiene una pérdida auditiva del 54% pero “escucha perfectamente” y se comunica sin ninguna dificultad. Se ha ganado el cariño de El Ejido convirtiéndose en un líder, un formador y un símbolo para todos los deportistas que están en el Polideportivo El Ejido.
Internacional
Recibió la convocatoria nacional del cuerpo técnico para la concentración en Madrid con vistas al Campeonato Europeo de Italia en categoría Sub-13. Asistieron más de 21 jugadores, de los cuales solo 12 serán finalmente elegidos para representar a España en el Torneo Europeo que se celebrará en Salerno (Italia), el 1, 2 y 3 de julio. La próxima cita será los días 28, 29 y 30 de junio en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), donde se va a definir la lista oficial.
Casa
Tras finalizar viajó directamente a El Ejido para dirigir a su equipo, el Club Polideportivo El Ejido. “Vive el deporte con intensidad, lo respira en cada rincón, lo defiende como parte de su identidad”, y en ese contexto Rubén ha sido durante los últimos años una pieza clave. Ha construido algo mucho más profundo, “una forma de entender el deporte como herramienta de transformación social”, señalan sus familiares y amigos, que quiere reconocer su labor y esfuerzo en LA VOZ y Cadena SER. Durante muchos años jugó al fútbol bajo la dirección de los entrenadores Ángel Garrido y Julio. Se incorporó al Polideportivo El Ejido, estuvo allí durante un año, pero al no encontrarse en buena forma física decidió dejarlo. Aun así, siguió vinculado al club, asistiendo como aficionado a casi todos los partidos de sus primos, Iván y Berman.
En cuanto a Rubén, ha sido completamente autodidacta. Aprendió observando a otros y a pesar de esa discapacidad auditiva para él “nunca existieron las barreras ni impedimentos”.
Familia
Dirigiendo en las bases del Poli El Ejido, donde cumple la quinta campaña consecutiva, ha pasado por momentos de todo tipo, desde grandes éxitos a situaciones de incertidumbre. Nada le quitó un ápice de compromiso y aunque la situación global de la entidad celeste no es demasiado halagüeña, él sigue adelante con sus sueños y objetivos.
Para los que le conocen no es un entrenador más. Rubén “tiene algo distinto en su forma de entrenar y dirigir, algo que no se enseña en manuales ni se aprende en cursos”. De hecho, apuntan que cuenta con una capacidad especial “para entender a las personas, sus momentos, para motivar sin gritar, corregir con educación, exigir sin quebrar. Esa es la razón por la cual los jugadores lo respetan, lo siguen, lo escuchan incluso en los días más duros”. Para Rubén es clave “la unión del vestuario y con las familias, además de ser puente entre generaciones y culturas”.
Cultura
Precisamente en El Ejido conviven diferentes realidades, culturas, lenguas. Y en medio de esa diversidad, el deporte se ha convertido en un lenguaje común. Rubén lo tenía claro desde su llegada al Poli y fue abriendo puertas a la integración con una metodología inclusiva, formativa, humana. Para los más pequeños las instrucciones van más allá de lo deportivo porque los estudios “son clave, el sacar buenas notas”.
Ambición
A pesar de la discapacidad auditiva el deporte fue uno de sus pilares, su refugio, su forma de expresarse, “su manera de entender el mundo”. Fue su escuela de valores. Aprendió lo que significa el esfuerzo, la constancia, la humildad en la victoria y el aprendizaje en la derrota. Cada partido, cada entrenamiento realizado, fue una lección que “fue guardando en el alma”.
Legado
Levantarse cada mañana con nuevos objetivos y ambiciones es genial. Dicen sus seres queridos que “Rubén no necesita esperar a terminar su carrera para dejar un legado. Lo está haciendo cada día en los entrenamientos, en las charlas con los niños y en cada decisión que toma con responsabilidad. “Su historia es de entrega, de amor por lo que hace, de fidelidad a sus valores. Y eso, en estos tiempos, no es poca cosa”, finalizan.