La Voz de Almeria

Adra

El pesquero “Virgen de los Ángeles” de Adra

El naufragio del Virgen de los Ángeles sacudió a Adra en 1928 y dejó un solo superviviente

Museo del mar de Adra. Maqueta del laúd “Marchena” obra de José Manuel Pérez.

Museo del mar de Adra. Maqueta del laúd “Marchena” obra de José Manuel Pérez.Pepe Cazorla

Pepe Cazorla
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Lejos de lo algunos puedan creer, ‘El Marchena’, nombre por el cual también era conocido el laúd, no naufragó en 1927 como apuntaban algunos diarios de la época. Debieron confundirlo con el Ciclón ocurrido en abril de ese año, pero éste, desgraciadamente, ocurrió catorce meses después. El domingo 24 de junio de 1928 en su 8ª página, “La Crónica Meridional” titula adelantando en mayúsculas un naufragio. Había naufragado, el laúd "Virgen de los Ángeles". 

El día anterior, o sea, el sábado 23 de junio, se recibieron noticias de Adra dando cuenta de haberse registrado un accidente marítimo. Por los iniciales informes recogidos, en aguas frente a Adra, naufragaba el laúd de pesca “Virgen de los Ángeles”, con folio 549, de la 3.ª lista de esta ciudad. Apuntaba “La Crónica Meridional” que uno de los náufragos, llamado Gabriel Fernández, fue recogido por el vapor francés “Mont-Pelvenux”, siendo conducido al puerto de Gibraltar y atendido por el capitán y demás personal del buque. 

El periódico finalizaba el adelanto de la noticia con un resumido texto apuntando, que se desconocía el paradero de los demás pescadores que formaban la tripulación, como así mismo del barco quedando a expensas al día después de dar todo tipo de detalles de lo sucedido.

Adra lloraba lágrimas de sal

La Crónica Meridional del martes 26 de junio de 1928, los lunes no había publicación impresa, continuaba con los informes recibidos del activo corresponsal en Adra, Juan Villalobos, ampliando la noticia que avanzaron dando a conocer a los asiduos lectores del periódico en el número del domingo último, sobre el naufragio del laúd de pesca “Virgen de los Ángeles”, de aquella matricula. 

Según manifestaba y redactaba el corresponsal, la pequeña embarcación salió de este puerto en las primeras horas de la mañana para realizar la pesca de la merluza denominada “de canto” naufragando frente a una milla de Adra, a causa del fortísimo oleaje por el temporal de levante que se desató en minutos. La barca, continuaba dando detalles el diario, iba mandada por el patrón Francisco Fernández, pues el autorizado oficialmente Manuel Fernández, a causa de estar embarcado en otro pesquero, excusó la salida. 

La tripulación la componían Francisco Sánchez Ribera, Sebastián Medina, Francisco Fernández, Rafael Fernández y el muchacho de 14 años, Miguel González, todos naturales de Adra. Momentos después de desarrollarse el suceso, cruzó por estas aguas el vapor “Mont-Pelvenux”, de nacionalidad francesa. 

Este vapor era de seis mil toneladas de desplazamiento y conducía carga general de mercancías, quien recogió a uno de los náufragos llamado Gabriel Fernández González, conduciéndolo a Gibraltar, desde cuyo puerto telegrafiaba el cónsul de España, comunicando que se encontraba en perfecto estado de salud y que durante la travesía fue colmado de atenciones por parte de todo el personal del buque. 

Como hasta ese momento no se tenían otros informes del resto de la tripulación, era de suponer que desgraciadamente habían sucumbido en el naufragio. Tampoco se sabía nada sobre el estado en que quedó el laúd ‘Virgen de los Ángeles’. Entre las familias de las víctimas, de estado lastimoso, se han desarrollado escenas dolorosísimas. El vecindario se halla apenadísimo por tan trágico suceso. La noticia es un mazazo. Días después, y en el tren correo llegaba a nuestra capital, Gabriel Fernández, único superviviente del naufragio del laúd de pesca

“Virgen de los Ángeles”, ocurrido entre Adra y Motril. Hay que recordar que el pesquero era propiedad de su madre Ángeles Fernández, que era viuda y el cual relató la serie de vicisitudes que pasó, en compañía de los otros náufragos, a los que vio morir, hasta que fue auxiliado por el vapor francés ‘Mont-Pelvenux’ A dos de ellos, de primeras, Gabriel, los vio hundirse, sin que les pudiera auxiliar por el estado de extenuación en que se hallaba. 

Gabriel, que fue el único superviviente le dijo a Miguel, otro de sus compañeros, que se atara con una cuerda a una madera, contestando que divisaba luz en el horizonte, y que presumiblemente fuese la costa, se puso a nadar y nunca más se supo de Miguel González.

Los otros tripulantes, a los que el superviviente procuró infundirles ánimo, se sospechaban ahogados. Cuando fue recogido, contaba Gabriel, las atenciones de que fue objeto por parte de los tripulantes del buque francés, los que le facilitaron ropas y les hicieron un donativo en metálico. 

Desde Gibraltar, y presentado al agente Consular, se le prestaron todas las atenciones debidas, facilitándole pasaportes y pasaje hasta nuestra capital. Seguidamente se trasladó a Adra, una vez hecha la presentación en esta Comandancia de Marina en Almería.

Manifestaba el único superviviente a la prensa, Gabriel, la tragedia que se desarrolló al ocurrir el naufragio, la odisea que vivió y dentro del abatimiento y el decaimiento que aun pesaban sobre él, dijo que lo que más sentía era su llegada a Adra, donde aún desconocían la suerte que podían haber corrido sus compañeros. Periódicos y diarios de Almería y de casi toda la península se hicieron posteriormente eco de los hechos del naufragio.

Un mes después, el pesquero “Virgen de los Ángeles” aparecería cerca del Faro Sabinal. Se oficiaron solemnes funerales para rogar por las almas de los náufragos de la embarcación “Virgen de los Ángeles” suceso que ocurrió en aguas de este litoral, asistiendo todas las autoridades locales y el pueblo en masa como asimismo los huérfanos de los infelices náufragos, que sumaban diecisiete, quedando los mismos en la mayor miseria, siendo todos de corta edad, pues el mayor contaba 14 años. 

Aquella Comisión constituida para socorrer a los mismos e integrada por el alcalde, Lorenzo López; párroco arcipreste, Luis E. López; ayudante de Marina, Federico Rey, y capitán de Carabineros don Manuel Albarrán habían recaudado muy próximo a las dos mil pesetas y en la que se sumaba el Cardenal arzobispo de esta diócesis.

tracking