El pequeño núcleo ejidense de Tarambana intenta despertar de la pesadilla en la que está sumergido desde la madrugada del lunes. La presunta agresión con un hacha de José M.R, de 64 años, a su exmujer, Ana M.O y a su excuñada, Teresa, aún ingresada en el Hospital Torrecárdenas, provocaba que los vecinos de esta barriada se concentraran ayer a las puertas del Centro de Usos Múltiples para mostrar su absoluta repulsa a cualquier acto de violencia. Medio centenar de ciudadanos expresaba a través de un minuto de silencio el sentir de “este diseminado pequeño de El Ejido donde nunca había ocurrido nada así”, explicaba el presidente de la Junta Local, Salvador Aguilera, quien, al igual que la gran mayoría de sus vecinos, no dudan en hablar de “un caso de violencia de género. Porque una persona que agrede a dos mujeres y que va matarlas es, para nosotros, violencia de género. Más claro imposible”. Aguilera mostró, en nombre del pueblo, todo el apoyo a la familia y dijo sentirse sorprendido de lo ocurrido “porque desde que sucedió esto, he hablado con muchos vecinos y ninguno, pero ninguno, sabíamos que José ya no estaba en la cárcel”, donde permaneció durante 12 años acusado de contratar a un sicario que mató a su cuñado.

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