Si bien es cierto que a día de hoy Minas de Rodalquilar es un pueblo deshabitado, un verdadero "poblado fantasma" en el corazón árido del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar, cuyas ruinas —sobre todo la impresionante planta industrial— se han convertido en un lugar que despierta la curiosidad entre los almerienses. Sobre todo, si se tiene en cuenta su singular caracterización geológica. 

Las antiguas erupciones volcánicas se remontan a unos quince millones de años atrás, lo que dio lugar a procesos de alteración y mineralización en sus tierras. Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XX cuando surgió el descubrimiento de oro en la zona. Y es que, lo que muchos no saben es que éste se encontraba diseminado en el cuarzo de la ganga, lo que dificultó enormemente su extracción. 

Ya en 1864 ya se barajaba la posible existencia de oro en Rodalquilar, concretamente en la mina de Las Niñas, cuyo descubrimiento fue finalmente anunciado, en 1883, por la Estadística Minera y Metalúrgica de España. Localizada a un kilómetro al sur del poblado, fue una de las minas pioneras al descubrirse oro en filones de cuarzo que acompañaban la explotación previa de plomo.

Rodalquilar, un paisaje detenido en el tiempo

Un núcleo urbano que en el siglo XX llegó a albergar en su día hasta 2.000 trabajadores atraídos por una promesa tan brillante como efímera: el oro. Sin embargo, no fue el único mineral extraído y explotado en este pueblo minero, ya que el plomo y la plata también tuvieron gran protagonismo allá por el siglo XV. De hecho, la historia cuenta que la zona ya había sido explotada por romanos y árabes, fue a partir de finales del siglo XIX cuando comenzó el verdadero auge.

La llegada de grandes empresas mineras y, más tarde, la implantación de tecnologías modernas culminaron en 1930 con la construcción de la colosal planta de beneficio Dorr-Oliver, capaz de procesar miles de toneladas de mineral para obtener las ansiadas pepitas. Pero la bonanza fue breve. Tras su cierre en 1966, la población se disolvió y las minas quedaron en silencio para siempre. 

Camino de senderistas y curiosos en Cabo de Gata

En la actualidad, el valle de Rodalquilar es un destino para viajeros curiosos, fotógrafos y aficionados a los lugares abandonados. Su atmósfera cinematográfica —ha sido escenario de rodajes— y el contraste entre la naturaleza volcánica y la arqueología industrial lo convierten en uno de los rincones más singulares de la provincia de Almería.