La sandía mantiene su posición como uno de los cultivos estrella del sureste español, donde cada campaña exige materiales capaces de responder a condiciones cambiantes de luz, temperatura y demanda comercial. En este contexto, Semillas Fitó introduce tres variedades que amplían el abanico de opciones para el agricultor: Taylor, Leiva y Amaral.

El técnico comercial Miguel Fernández señala que estas variedades “representan la evolución natural de un trabajo centrado en adaptar la genética a las necesidades reales del campo almeriense y de sus productores”.

Taylor: la triploide rayada adaptada a Almería

Dentro del segmento de sandías sin semillas, Taylor se presenta como una alternativa de alto rendimiento y excelente calidad visual e interna. “Esta sandía triploide rayada de Almería tiene un vigor de planta un poquito menor y, por lo tanto, en condiciones desfavorables de primavera —días con poca luz o frío— tiende a cuajar mejor”, explica Fernández.

El técnico subraya que ese vigor equilibrado se traduce en una planta más estable, con una producción precoz y homogénea: “Tiene un calibre un poquito mayor, lo que da más producción, primero porque los frutos pesan más y segundo porque hay más frutos por planta”.

Taylor se caracteriza por su corteza firme y resistente, que permite un transporte sin daños, y por su carne roja intensa, firme y de gran sabor. “Es una fruta que parte muy bien, con un corte limpio y una textura crujiente”, señala Fernández. Su cierre pistilar pequeño evita deformaciones y problemas de ahuecado en condiciones frías, lo que refuerza su fiabilidad en campo.

Según el técnico, “es una variedad muy completa y con muy buena aceptación entre las empresas que la han probado. Pensamos que puede ser una de las alternativas al cultivo de sandía rayada en Almería”.

Leiva: el polinizador para trasplantes tempranos

En el grupo de sandías diploides con microsemilla, Leiva se posiciona como la gran apuesta para los trasplantes tempranos, hasta mediados de febrero. “Leiva es una variedad de sandía con un calibre medio, en torno a tres kilos, que posicionamos en el segmento temprano buscando que la fruta no se nos vaya de calibre”, explica Fernández.

Una de sus principales ventajas es la amplia coincidencia entre la floración masculina de la diploide y la femenina de la triploide, lo que se traduce en “un mayor número de frutos por metro cuadrado, mejor forma, más calibre y menos frutos que no desarrollan”.

Su calidad interna superior la distingue dentro de su segmento. “Tiene una carne muy roja, más grados Brix y mejor sabor que las variedades de la competencia”, afirma Fernández. Además, Leiva ha mostrado un muy buen comportamiento frente al ahuecado, incluso en zonas frías como Berja.

Cooperativas y plataformas comerciales ya han comenzado a apostar por esta variedad, que “ha demostrado un rendimiento muy estable y una calidad destacada en los cultivos de invernadero”.

Amaral: una nueva diploide para el segmento medio-tardío

Para las fechas de trasplante de mediados de febrero a mediados de marzo, Amaral amplía el rango de polinizadores disponibles con una identidad visual propia. Su piel verde oscuro tipo Crimson evita confusiones de la fruta en campo, lo cual elimina reclamaciones en destino.

“Queríamos evitar confusiones en el campo entre diploides y triploides, y el color oscuro de Amaral lo permite perfectamente”, comenta Fernández. Además, comparte con Leiva el periodo prolongado de coincidencia floral con las triploides, lo que garantiza mayor cuaje y uniformidad de frutos.

“Amaral tiene una carne muy roja, crujiente y con más sabor que la variedad principal del segmento”, detalla el técnico. Su calibre medio, en torno a los tres kilos, la hace idónea para mercados que valoran frutas equilibradas y fáciles de manejar.

Aunque su implantación “va un año por detrás de Leiva”, Fernández asegura que “la aceptación en las cooperativas está siendo muy buena y las expectativas de crecimiento son altas”.

Innovación y acompañamiento al productor

Las tres variedades —Taylor, Leiva y Amaral— reflejan una estrategia de mejora genética centrada en la adaptación al entorno de Almería y en la colaboración directa con los agricultores y las comercializadoras.

“El objetivo es desarrollar sandías que integren calidad interna, resistencia al transporte y una producción estable, incluso en condiciones difíciles de luz y temperatura”, resume Fernández.

Con estas innovaciones, Semillas Fitó amplía las posibilidades del productor y mantiene su compromiso con la excelencia varietal y el progreso del cultivo de sandía en el ámbito mediterráneo.