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El encantador pueblo de Almería con 60 habitantes y un nombre impronunciable

Con un nombre de origen árabe y situado en la Sierra de los Filabres

Benitagla, el pueblo más pequeño de Almería. Ayuntamiento de Benitagla.

Benitagla, el pueblo más pequeño de Almería. Ayuntamiento de Benitagla.La Voz

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Natalia Estrada

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En pleno corazón de la Sierra de los Filabres, se alza como uno de los pueblos más pequeños y desconocidos de Almería. Con apenas 60 habitantes, este municipio combina el encanto de lo rural con un nombre que, para muchos, resulta todo un desafío de pronunciación.

El origen de su peculiar nombre se remonta a la época andalusí, cuando los árabes dejaron su huella en la toponimia de la región. "Beni" significa "hijos de", y aunque el resto del nombre no tiene un significado exacto confirmado, lo cierto es que Benitagla conserva esa esencia histórica en su trazado de calles y en sus casas encaladas que parecen resistir al paso del tiempo.

Un pueblo con raíces históricas

Antes de la Guerra de las Alpujarras (1568-1570), Benitagla contaba con 60 vecinos moriscos y unas 340 fanegas de tierra de labor, según datos recogidos en la Web oficial de Turismo de Andalucía. Esta guerra marcó un antes y un después en la población, que sufrió los efectos de la expulsión de los moriscos, dejando una huella imborrable en su historia.

Hoy en día, Benitagla es un claro ejemplo de cómo un pueblo puede resistir al paso del tiempo y mantener vivas sus raíces, pese a los desafíos demográficos y sociales.

Un patrimonio sencillo pero valioso

Entre los edificios más importantes de Benitagla destaca su pequeña iglesia, dedicada a San Juan. Según recoge el Ayuntamiento de Benitagla, este templo está situado frente al edificio consistorial y es anejo a la Parroquia de Alcudia de Monteagud. Aunque modesta, su arquitectura refleja el espíritu sencillo y tradicional del municipio, convirtiéndose en un punto de encuentro y devoción para sus vecinos.

Un rincón para desconectar

Visitar Benitagla es cómo retroceder a un tiempo en el que la calma y la naturaleza eran protagonistas. Este pequeño pueblo, enclavado en un entorno de belleza incomparable, ofrece vistas espectaculares de las montañas y un aire puro que invita a respirar profundamente.

Pasear por sus calles es descubrir la autenticidad de un pueblo que ha sabido mantener sus raíces, a pesar del paso del tiempo y los desafíos de la despoblación.

Los retos de un pueblo único

Como ocurre con muchos pueblos pequeños, Benitagla enfrenta desafíos. El despoblamiento es una realidad, y atraer a nuevos vecinos o mantener a los jóvenes en el municipio se ha convertido en una tarea complicada. Sin embargo, este pueblo tiene un potencial enorme para quienes buscan un estilo de vida tranquilo y en conexión con la naturaleza.

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