Un comité internacional de expertos en biología marina, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la National Science Foundation de Estados Unidos, acaba de presentar un completo estudio sobre la población de medusas, las zonas de mayor concentración de organismos gelatinosos y los factores que influyen en su reproducción.

Según el documento, las plagas de medusas que azotan el Mar Mediterráneo, particularmente visibles en la costa almeriense en los últimos veranos, están provocadas por “fenómenos cíclicos a escala global”. Sin embargo, el estudio asegura que la mano del hombre en la transformación de la línea litoral tiene un papel decisivo.
Los científicos señalan que boyas, espigones, puertos y otras construcciones humanas sirven de refugio para huevos y larvas y favorecen la proliferación de estos organismos cerca de las playas.

La mala noticia es que la población mediterránea de medusas ha crecido a pesar de encontrarse en su ciclo negativo. “Los expertos creen que las proliferaciones de medusas responden a ciclos globales recurrentes que se producen cada 20 años. Actualmente, regiría un modelo de declive, pero los autores anticipan que un nuevo periodo de proliferación global se podría iniciar en los próximos años”, explica el CSIC.

Tortugas

No obstante, Carlos Duarte, investigador del CSIC, matiza que la población mundial se mantiene. “Hay regiones en el mundo donde la presencia de las medusas ha aumentado, como en el caso del Mediterráneo; sin embargo, en otras zonas ha permanecido estable o ha variado a lo largo de las décadas o, incluso, descendido”.

En la provincia de Almería, donde las medusas se han convertido en un repelente para los bañistas durante los últimos veranos, se han llevado a cabo algunas medidas con poco éxito hasta el momento, como la suelta de tortugas bobas, un depredador.