Torrecárdenas opera y extirpa tumores abdominales con una nueva técnica que consiste en aplicar quimioterapia por vía intraabdominal durante la misma intervención quirúrgica en la que también se extirpa el tumor o tumores. No todos los pacientes son susceptibles de someterse a este tipo de intervención y no todos reaccionan a ella de la misma manera.
Precisamente, el estudio de aquellos con mayor riesgo de recurrencia o mortalidad ha sido merecedor de un premio científico. Se trata del premio Steifel Barba que ha recaído en el cirujano Juan Torres Melero y que otorga la Sociedad Andaluza de Cancerología que, en esta ocasión, ha reconocido el trabajo de este profesional de Torrecárdenas que pretende investigar a través de un trabajo de biología molecular por qué, en ocasiones, fracasan las técnicas quirúrgicas.
La misma técnica aplicada a dos pacientes con el mismo tipo de tumor, no tiene por qué tener el mismo resultado. Investigar el por qué de los fracasos es el núcleo del estudio que capitanea Torres Melero. Un trabajo que, insiste, “es de equipo”. Eso sí, el premio se otorga individualmente y será él quien lo recoja en el marco de un próximo congreso de cancerología, todavía hoy sin fecha fija.
El premio es algo más que un reconocimiento y permitirá una pequeña inyección económica a un trabajo en el que están involucrados biólogos moleculares y también genetistas, además de otros especialistas, reconoce el propio Torres Melero, que en diciembre pasado exponía en el salón de actos de Torrecárdenas la técnica que hoy supone un “salvavidas” para pacientes a los que hace unos años resultaba inviable una intervención quirúrgica.
Y es que fue entonces cuando los profesionales de la unidad de Cirugía Oncológica Peritoneal del Complejo Hospitalario Torrecárdenas recibían el reconocimiento de la Dirección General de Calidad, Investigación y Gestión del Conocimiento de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, en el X Encuentro de Procesos Integrales celebrado en Sevilla.
La quimioterapia se realiza con esta técnica en una sola dosis, a una temperatura elevada, entre 41 y 42 grados y durante 60 o 90 minutos. Llega mil veces más concentrada a las células malignas que si fuera introducida a través del sistema circulatorio. Su aplicación mejora la supervivencia de los pacientes afectados por este tipo de tumores. Pacientes con carcinomatosis que hasta la introducción de la técnica eran considerados pacientes terminales.