Ayer fue un día de celebración en la misión de los Padres Blancos en la provincia. Quince africanos recibieron el Bautismo, la Confirmación y la primera Comunión, “los tres sacramentos de iniciación cristiana”, según explica el padre Jesús Esteibarlanda. Pero además, otro grupo recibió estos sacramentos durante la pasada Vigilia Pascual y otros tantos lo harán el próximo domingo, lo que suma casi medio centenar de nuevos cristianos de origen africano en el Poniente.

La orden Misioneros de África ejerce su labor evangélica desde 1868, siempre en países del continente negro. Sin embargo, la llegada de los primeros inmigrantes a Almería llevaron al Obispado a pedir ayuda a los religiosos. Así, desde el año 2000, tres Padres Blancos, como son conocidos por sus vestimentas, dirigen la única misión europea de la comunidad, en Roquetas de Mar. Una misión que da sus frutos sociales, en la atención de cientos de inmigrantes, y también pastorales, con la petición de Bautismo de algunos de ellos.

La ceremonia de ayer fue celebrada en el salón multiusos de Las Norias (ya que no cabían en la iglesia) por el deán de la Catedral, Juan Torrecillas, enviado por el Obispo, ya que debe ser un enviado el que celebre el sacramento de la Confirmación. La próxima semana será el prelado Adolfo González Montes el que bautice al tercer grupo en La Mojonera.

“Antes de bautizarse realizan el catecumenado, con unas catequesis los domingos que duran unos dos años y medio”, explica el padre Jesús. El perfil de quienes se acercan a la fe cristiana “es bastante variado”, continúa, por lo que es habitual ver tanto mujeres como hombre, y menores de edad. Eso sí, en muchas ocasiones tienen en común el pertenecer a una misma etnia: la tribu de los Manjak o Manjako. En su mayoría, de Senegal o Guinea Bissau. La misión cuenta con dos voluntarios que hablan el idioma de la tribu, para que puedan escuchar las catequesis en su propio lenguaje. Además, las misas se celebran en inglés, para aquellos ciudadanos de Ghana o Zambia, también numerosos en la misión.

“Hay muchos jóvenes que llevan años aquí, pero algunas mujeres no saben español”, cuenta el religioso. Además, entre los que acuden a la misión de los Padres Blancos, se diferencian dos grupos: “Algunos han estado en contacto con la Iglesia católica en África o tienen parientes cristianos, vienen a Almería y se encuentran con gente de su tribu, por lo que comienzan el catecumenado. Otros se acercan porque por su cultura tienen la necesidad de vivir en comunidad, de juntarse para rezar y cantar, lo que les lleva a un primer contacto con el cristianismo”.

Una importante labor social

Los tres misioneros que atienden a los subsaharianos tienen una gran experiencia con la cultura africana y todos ellos han vivido durante años en el continente. En el caso del padre Jesús, originario del País Vasco, sus 35 años en Malawi son su herramienta para ayudar a la población inmigrante. Además de en el terreno espiritual, lo hace en el social. “Trabajamos en red con otros colectivos como Almería Acoge o Cáritas”, aclara, “y realizamos cursos de formación social en el Centro Áfrika”.

El espacio cultural alberga clases de español diarias con la ayuda de una veintena de voluntarios. “Muchos de los que vienen son incluso analfabetos, por lo que hay distintos niveles”. Se celebran también clases de iniciación a la informática, en distintos horarios, donde dos inmigrantes ayudan a sus compatriotas.