En la noche del jueves el Espacio Escénico Agua y Salud de Albox se transformó durante unas horas en Ryden High. 600 personas bailaron y cantaron al son del talento de los más de 80 alumnos del IES Cardenal Cisneros que participaron en la representación del musical de Grease en el municipio albojense. Una noche de celebración y convivencia donde alumnado y profesores se fusionaron para ofrecer un evento único que ha generado mucha expectación en el pueblo.

“Es un sueño compartido entre alumnado y profesorado que ha cobrado vida sobre el escenario”, nos cuenta Ana Cruz, directora del centro. “Yo lo que más destaco es cómo han trabajado en equipo. Es la suma del esfuerzo de muchos meses, de ensayos, de nervios, de ilusión. Anoche los alumnos estaban sobre y detrás del escenario, pero el equipo docente estaba cogiendo las entradas y controlando la sala. Nos hemos volcado como centro y la respuesta del público ha sido increíble”.

El fruto de una asignatura

La realización del musical es el fruto de poner en escena todo lo aprendido en la asignatura Artes Escénicas de 4º de la ESO. “Este curso querían algo distinto. El año pasado realizamos Hércules y Grease es un musical que no pasa de moda. Las canciones las conocen desde los más pequeños hasta los abuelos. Nos ofrecía la posibilidad de crear números divertidos, muy bailables y con muchos personajes”, apunta Miguel Ángel González, responsable de la asignatura.

El proyecto comenzó a fraguarse en diciembre con los castings y, desde entonces, se ha trabajado intensamente en todos los frentes: “Desde la lectura del guion hasta la expresión corporal, pasando por la escenografía, los peinados, el vestuario o la interpretación en lengua de signos”, relatan Dori y Carly, responsables de apoyo educativo y de la parte inclusiva del montaje. “No es solo lo que se ve en el escenario. Detrás hay un trabajo inmenso de atrezzo, peluquería, maquillaje, megafonía y todo realizado por los propios chicos y chicas”.

En total, 53 alumnos han participado desde la asignatura, y otros 30 más del ciclo de peluquería y estética. “Cada uno ha aportado su granito de arena. Algunos en el escenario, otros desde bambalinas. Todos igual de importantes”, añade Ana. “En eventos tan grandes, todos son importantes y nada sería imposible sin su participación”.

“Lo tenemos más que ensayado, pero los nervios de última hora siempre están”, confesaba José Carlos, que interpretó a Danny, días antes de la representación. “Queremos que todo salga perfecto porque llevamos muchos meses dejándonos la piel”, añadía. Nerea, una de las Pink Ladies, apuntaba que lo que más le sorprendió fueron los bailes y el vestuario: “Nunca había hecho nada parecido. Ha sido duro, pero muy bonito”.

Una experiencia que no olvidarán

Porque al final, más allá del musical, el aprendizaje ha sido otro. “Es que se ha creado una familia. Somos un centro público donde chicos y chicas de diferentes grupos han aprendido juntos, se han conocido, han trabajado codo con codo por algo común y, lo más importante, han descubierto aspectos que no sabían que tenían”, subraya Ana.

Un ejemplo de ello, nos lo cuenta Gonzalo, uno de los T-Birds: “he notado una evolución enorme en mí. No solo en lo artístico, también en lo personal. He hecho amigos nuevos, he vencido mi miedo a hablar en público. Estamos muy agradecidos a nuestros profesores. Gracias a ellos, hemos crecido muchísimo”.

Dice el refrán que antes de morir hay que haber escrito un libro, plantar un árbol y tener el hijo. Ana añadiría otra más: “y vivir una experiencia en el escenario. Con luces, con micros, con la magia que solo se vive ahí. Eso también debería ser obligatorio alguna vez en la vida”.