¡Qué extraño país!
¡Qué extraño país, éste habitamos! Todos dicen haber ganado porque el que gana, pierde y, el que pierde, termina ganando. Si estuviéramos en otro, lo mismo se pondrían de acuerdo el que ha medio ganado con el que ha medio perdido para sacarlo adelante con un acuerdo consensuado. Pero los tiempos de los pactos de la Transición quedan lejos y piensan que son cosas del pasado, anticuados. Quizás si estuviéramos en Alemania, las cosas serían distintas. Una gran coalición de socialdemócratas y conservadores catapultaría, entre otras muchas más ventajas, nuestra economía. Pero no, aquí somos muy nuestros, pese a quien pese y pase lo que pase. Muchos dicen pensar en España pero, en el fondo, te engañan. En fin, amigos míos, todo está en manos del lobo que, aún estando fuera, quiere "cuidar" a las ovejas. Si son sacrificadas unas pocas, "si no se van a dar unos pocos pero imprescindibles votos por nada", lo que vivamos, para bien o para mal, entre todos nos lo hemos ganado porque así lo hemos votado.