Las idus de marzo
Mientras el PP está pidiendi unidad, el PSOE en cambio se entretiene una vez más en estas batallitas estériles
Ustedes perdonen esta alusión al calendario romano y a la fecha en que apuñalaron a Julio Cesar, pero por estos lares andaluces ante el montón de consultas electorales que se avecinan, puede haber también algún suceso parecido, aunque no tan sangriento por fortuna. La víctima apunta al actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Haber ganado limpiamente las primarias y llevar seis meses en el cargo parece que no satisface plenamente al gen autodestructivo del partido. La prensa cizañera de la derecha, que evidentemente desea que el socialismo se dé un morrazo electoral, está enviando globos sonda a la ciudadanía sobre lo que sueña o no Susana Díaz. Según el rumor, Felipe González habría tratado ya con la presidenta andaluza acerca del adelanto de elecciones un fatídico 22 de marzo. La excusa es (si hacemos caso a la ciencia ficción) la presunta falta de estabilidad del pacto andaluz, extremo que niega IU ya que sería paralizador para la política asistencial y de creación de empleo que está llevando la Junta. Pero los augures de tertulia y pedo quieren ir mucho más lejos. El plan de Susana entrañaría también hacerse con las riendas del partido a nivel nacional, detener a Podemos y, por supuesto, desbancar a Pedro Sánchez. A estas alturas esto se parece a un suicidio por parte de algunos barones socialistas. Cuando hasta el PP está pidiendo unidad (prietas las filas) y cuando llaman a Aznar olvidando viejos rencores en aras de mantener el poder como sea, el PSOE en cambio se entretiene una vez más en estas batallitas estériles. Tras las elecciones europeas vislumbramos ya una crisis del bipartidismo. Ante la caída del PP y el todavía no demasiado claro mensaje de Podemos, auguramos un resurgimiento de la izquierda moderada con experiencia de gobierno. Creíamos que el elector de clase media no se dejaría impresionar por el populismo doctrinario y menos por la corrupción del PP, sin entrar en el esfuerzo que se le ha pedido a la clase trabajadora con el despido libre y los sueldos de miseria. Semejante panorama tenía lógicamente que abrir las expectativas electoralistas del PSOE y así lo expresé en mi artículo. Para lo cual solo hacía falta que el partido se lanzara a trabajar unido y lejos de las luchas internas. No ha sido así y ahora veremos qué ocurre durante las idus de marzo.