Cuando se pone al frente de un tinglado a un charlatán, no nos puede sorprender que el fulano acabe actuando como un palabrista consumado. Y como no es lo mismo nombrar a alguien representante de venta presencial de mantas y peines que Secretario General del PSOE, hay gente que todavía se alarma cuando ve que la solución de los socialistas al desmadre autonómico es la recuperación (ignorada por el recuperador) del discurso de Rubalcaba sobre el federalismo como el milagro laico español. Les hablo del ebúrneo Pedro Sánchez y su sorprendente apelación a la teoría federal como solución o remedio de los problemas de encaje autonómico. Y es que a todo lo más que llega este chico que tan bien habla y posa es templar la voz, ahuecar el entallado de la camisa y decir muy serio que hay que nombrar una subcomisión de expertos para tratar el tema. Con semejante nivel de precisión y detalle se puede dirigir no ya al PSOE, sino a la NASA y al Vaticano al mismo tiempo. Vamos a ver ¿alguien recuerda algún conflicto resuelto por una subcomisión de expertos? Pero claro, pedir seriedad a alguien que ha llegado a su puesto porque cae bien y es guapo es como pedir un gol en la liga española al mejor delantero de la liga tailandesa. Creo que alguien a quien se aúpa a un puesto cuyo objetivo es presidir el Gobierno de España no puede hacer gala de vaguedades tan oceánicas como recuperar la idea del federalismo “asimétrico” (que por tanto ya no es federalismo) o recurrir al remedio mágico de las agrupaciones socialistas: la comisión de presuntos expertos. Seguro que todos ustedes lo saben pero disculpen que lo reitere: la mejor forma de no solucionar un problema es crear una comisión para su estudio y análisis. La idea la expuso en su día Napoleón Bonaparte y, por lo que al federalismo español respecta, parece escrita anteayer por Pedro Sánchez.