Ya empezamos a hablar de la feria. Me pueden llamar loco o lo que les parezca a ustedes, pero la feria de Almería del año pasado, se ponga como se ponga el equipo de gobierno del popular Luis Rogelio, estuvo más en la del mediodía, la que se vive en la ciudad, la que se disfruta entre las viejas o nuevas fachadas de nuestra Almería, la que tiene a nuestros bares como los grandes protagonistas, y eso que desde el ayuntamiento se intentó machacarla todo lo posible y lo imposible con un paseo soso y con tráfico, cuando ha sido siempre el nudo principal.

Las noches también le demostraron a estos políticos que los almerienses siguen las actividades celebradas en el centro, y desde el fantasma de la opera, con un lleno desbordante en la Plaza Vieja, hasta el resto de eventos tuvieron a los almerienses enganchados.

Mientras, el recinto ferial, a excepción de las noches del fin de semana, lo vimos bastante desarbolado, roto, casi vacío. Y no digamos las casetas, la mayoría solitarias y abandonadas (pobres mías) a partir de las doce de la noche. Me parece bien que los políticos no se quieran dar cuenta. Son los más ciegos del país. Teníamos una crisis galopante encima y no la veían los muy gaznápiros.

Se pueden esconder en sus trasnochados razonamientos de tráfico y otras lindezas, pero lo mismo que tuvieron que reconocer que el veinticuatro de junio lo querían los almerienses como su gran fiesta de verano, y ahí está cada año para demostrarlo, ahora le están diciendo a los políticos de turno que la feria de agosto debe volver a la ciudad.

A encontrarse con la realidad de una Almería que la gente quiere vivir en toda su intensidad. Que la vive durante el día y que quiere disfrutarla también durante la noche.

Hubo un tiempo en que no se podía cerrar la ciudad al tráfico. Aquella Almería sin salidas, te acuerdas Nono Amate. Hoy ya no es así. Ahora tenemos salidas suficientes para que Almería pueda celebrar sus fiestas sin cortar las vías más urgentes y necesarias.

Sólo les cabe una posibilidad a los dirigentes, que se pasen la voluntad del ciudadano por el forro de sus caprichos (no les extrañe que lo hagan) y se lleven también la del mediodía por decreto al recinto. Algunos ya lo piden. ¿Se lo vamos a permitir? En su día ya conseguimos San Juan. La feria al centro, la del mediodía y la de la noche.