La voz bien colocada
Mercadillo navideño, zambomba y fiesta en la plaza del antiguo ayuntamiento de Bédar

Era el día de la Constitución, pero parecía que era Navidad.
Era el día de la Constitución, pero parecía que era Navidad. Salvo por el sol abrasador que calentaba nuestros cuerpos. Mercadillo navideño, zambomba y fiesta en la plaza del antiguo ayuntamiento de Bédar. Qué ricos los buñuelos con matalahúva. Me fijé en una niña adolescente con el síndrome de Down que bailaba sola en un extremo de la plaza. Se le acercaron varias veces adultos invitándola a hacer corro o bailar en pareja, pero ella los rechazaba. Estaba feliz bailando sola. A mí también me hubiera gustado bailar con ella, para impregnarme de esa libertad.
Sin embargo, bailé con la gente “pero mira cómo beben los peces en el río”. Lo hice de una manera preventiva, por si acaso no tuviera el ánimo ni otra oportunidad a lo largo de esta extraña navidad que ya comenzó.
Del mercadillo me traje dos postales de horóscopos de GemuKy, una artista gráfica afincada en Carboneras. La representación es femenina. Elegí Acuario por su aspecto andrógino y Aries por su poderío. Sobre la misma mesa posaban libros de poesía de un joven poeta almeriense, Diego Torres. No sé si vendió alguno. Qué difícil.
Salí de Antas con dos hermanas del pueblo, Encarna y Antonia, dos mujeres encantadoras de vidas intensas y sin prejuicios. Hay mujeres tan luchadoras que son admirables. Otras no luchamos tanto y somos bastante mediocres. Me incluyo en la mediocridad, a pesar de que mi juventud estuvo marcada por la rebeldía, pero sus consecuencias en algunos aspectos fueron torturadoras y bastante conformistas.
En casa me esperaba la visita de Gonzalo Marrero, La Oreja Rota, un músico que estudió ingeniería de audio y padece problemas de audición. Está sumergido en un proyecto sobre Lorca. Me habló de la voz bien colocada. Fue un flechazo. No recuerdo nada concreto, pero dormí feliz soñando con viajes.