Luis Rogelio dispuesto a romper el convenio sobre la casa consistorial
La intención de la Junta, tras la última reunión de los técnicos, es dividir la segunda fase de obras en la casa municipal almeriense (paralizada desde hace años) en tres más. Cinco fases en total. Subido a las alturas el alcalde ha anunciado desde el púlpito de la directiva de su partido que no piensa permitir esa situación, que rompe el convenio con la Junta y que el ayuntamiento pagará en solitario las obras. ¡Aplausos de sus colegas! Cuando la tomadura de pelo pasa de castaño oscuro, y en éste convenio así ocurre, no nos debe sorprender el acaloramiento entre las partes.
Tiempo le ha faltado a la representante de la Junta en Almería para acusar al alcalde de que no le extraña la postura tomada, ya que viene siendo la política a seguir en contra de la Junta. Bueno, ya tenemos argumento hasta las elecciones europeas. Elevar el problema a las alturas políticas, para tapar los errores más cercanos que afectan al ciudadano, es una vieja práctica a la que acuden con frecuencia los políticos. En el PP de la capital tienen una buena baza contra el Psoe (el abandono de las obras de la Plaza Vieja, que tendrían que estar terminadas para el 2005) y la va a jugar con fuerza, se podría incluso añadir que con fiereza. Es de esperar que los asesores del PSOE encuentren argumento a oponer, y que no sea sólo lo manifestado por la señora Ferrer. De ser así lo llevan mal. Si algo ha calado en Almería es que la Junta se ha convertido en la peor cadena que atenaza los intereses de la provincia. Es posible que no sea sólo la Junta la que ha puesto la cadena, pero así lo han sentido y entendido los almerienses. Para el ciudadano no es el ayuntamiento el que está en contra de la Junta, es la Junta la que está en contra de la ciudad y de la provincia, y ejemplos los hay a miles.
No creo que la amenaza de Luis Ro de romper el convenio vaya a ser una realidad en el futuro (lo mismo me equivoco), pero le puede servir al Partido Popular en Almería para salvar la cara de un gobierno en Madrid que no está respondiendo a las esperanzas que muchos millones de españoles pusieron en él. El Psoe cargará las tintas en la campaña con los males del gobierno de Rajoy, el Pp con la junta y su presidenta Susana. Cuando pasen las elecciones europeas veremos en qué quedan los acaloramientos de los políticos.