El cielo protector del fútbol
“Poco a poco, el sistema se ha ido derrumbando y perdiendo sus puntos de apoyo”
Dicen que la historia de conocimiento se explica en la fascinación constante del ser humano por todo cuanto le rodea. Y si algo tiene de fascinante esta crisis es su capacidad de alterar el equilibrio de nuestro paisaje emocional, demostrando que hasta las cumbres de nuestra convicción son susceptibles del desmorone. Hace muchos años, la gente podía poner cada día en hora su reloj viendo salir de su casa puntualmente a los filósofos. Eran los tiempos en los que Kant podía sentarse a escribir sabiendo que a un hombre decente le bastaba con saber que la ley moral estaba en su interior y el cielo estrellado sobre su cabeza. Pero la crisis, ya digo, hace que se estrellen los talentos. Se nos desmoronó el culto al ladrillo, igual que todos dejamos de creer en los bancos a golpe de preferentes. Poco a poco, el sistema ha ido perdiendo sus puntos de apoyo, derrumbados a soplidos por el lobo que nos está tocando la puerta. Ahora bien, entre el desplome generalizado de coordenadas y referencias, había un bastión inalterable que parecía resistir todos los embates: el fútbol y su universo paralelo de pasiones. Un pilar que no sólo se mantenía firme, sino que incluso parecía emerger entre el tsunami. Pero ya digo que todo cambia y que toda burbuja es susceptible de pincharse. Ahora resulta que Alemania está muy interesada en que la Unión Europea estudie las ayudas públicas presuntamente ilegales que se han otorgado a los principales clubes profesionales de España. Yo no digo nada, pero aquí dejamos que presidentes, directivos, jugadores y padres de jugadores cometan todo tipo de delitos siempre que el partido del sábado nos permita sacar un rato al hincha que todos llevamos dentro. Así que no me queda más que apuntar que no es casual que este interés por dinamitar al fútbol español llegue de Alemania justo ahora que el taimado Guardiola está allí. ¿Ven como hay cosas que no pueden tocarse? Y aquí dejo suelto el hilo.