La Voz de Almeria

Opinión

Amenazas para la Almería del bienestar

No hay dinero para todo: el gasto militar pone en jaque cosas como la mejora de carreteras, especialistas en Torrecárdenas, agua desalada a precios rentables o el Ingreso Minimo Vital para 53.000 almerienses

Una manifestación contra la OTAN en la Puerta Purchena de Almería.

Una manifestación contra la OTAN en la Puerta Purchena de Almería.

Manuel León
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El agua desalada que utilizan los regantes almerienses le cuesta al Estado el doble de lo que realmente pagan; 53.000 almerienses reciben en esta provincia el Ingreso Mínimo vital para que puedan comer tres veces al día, vestirse y calzarse; las carreteras y autovías de las que disfrutamos tienen un coste de muchos millones de euros anuales; e igual ocurre con el sueldo que perciben los médicos de la sanidad pública y la construcción de un hospital como el Materno Infantil o el mantenimiento de una nómina de profesores que puedan garantiza unos mínimos niveles de educación pública en colegios, institutos y la UAL; la investigación de que se beneficia el agro almeriense proviene también de los recursos públicos; el Estadio del que disfruta el equipo de fútbol representativo de esta ciudad y de esta provincia se pagó con dinero público del Consejo Superior de Deportes que dirigía el almeriense Gómez-Angulo; y esas celebradas obras  del Puerto Ciudad que viene están sufragadas parcialmente con el presupuesto gubernamental de Puertos del Estado; e igual ocurre con el AVE que también viene -que debe venir algún día-y con el Puerto Seco de Níjar y con la subvención del vuelo a Sevilla. Todo (o casi todo) viene de lo público, que se sostiene con nuestros impuestos, los impuestos de los almerienses y del resto de españoles. No somos una sociedad perfecta, pero hay cosas que vemos como normales en nuestro primer mundo que no lo son tanto en otras latitudes: abrir la ducha y que salga agua, por ejemplo. Ni siquiera en el país más potente del mundo como es USA, donde el estado del bienestar es un concepto que no ha cuajado nunca para gran parte de la población. Y todo esa conquista -o buena parte de esa conquista- social de la que disfrutamos, con altibajos, baches y curvas, claro, los almerienses tiene amenazas.

Da la impresión de que los gobernantes van por un lado y los gobernados por otro. Acaba de aprobarse en la Asamblea de la OTAN en La Haya un gasto en Defensa del 5% del PIB. Si se le preguntase a italianos, británicos, franceses o alemanes si quieren hospitales o carros de combate parece que no habría dudas en la mayoría de las respuestas. El dinero público y los impuestos de los que se nutre no son infinitos y, a veces, hay que elegir: o agua desalada o portaviones; mejores carreteras o drones militares. Y España (Pedro Sánchez)- y por ende Almería- parece que lo ha hecho bien y será la excepción en la Alianza Atlántica que no pague el 5% de gasto militar que equivale a 300.000 millones de euros hasta 2035. Un montante que sale del riñón de todos los españoles y por ende de los almerienses. 

A pesar de la colera funesta del pélida Aquiles Trump, España -y Almería- se ha ahorrado un buen pellizco con ese planteamiento calculadamente ambiguo de las ‘capacidades’ que el presidente español se ha sacado de la manga en los Países Bajos, más bajos que nunca ante la prepotencia USA, ante el cacique Tolteca, que dice que España va de gorra. No se va de gorra donde no se quiere ir, aunque sea bajo la hipótesis de que nos invada Rusia. 300.000 millones de euros más por si nos invade Rusia parece un alto precio para una hipótesis.

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