Almería tiene (cada día más) nombre de mujer
Gemma Salinas sustituye a Juan Fernández como consejera delegada

Juan Fernández, en el centro de la imagen, junto al editor de La Voz, José Luis Martínez; la nueva consejera delegada, Gemma Salinas; el director del periódico, Pedro Manuel de la Cruz, y redactores de La Voz de Almería.
Juan Fernández puso el miércoles un punto y aparte a su etapa como consejero delegado de La Voz de Almería. Más de veinte años después de su llegada, su más estrecha colaboradora, Gemma Salinas, le sustituye en una carrera de relevos que garantiza la continuidad en el camino emprendido desde que José Luis Martínez lidera, accionarial y editorialmente, el medio líder de la comunicación en la provincia.
Conocí a Juan Fernández en el otoño de 2003 y solo a un temerario sin remedio o a un osado incorregible se le hubiera ocurrido hacer coincidir en el puente de mando de La Voz a dos tipos tan distintos y, aparentemente, tan distantes.
Juntar el neoclasicismo baturro con el barroco andaluz se antojaba una mezcla explosiva con adelantada fecha de caducidad. ¡Menuda extravagancia de equipo directivo! Juan Fernández iba a ser desde entonces el diseñador de una estrategia de largo circuito equipado con una mentalidad analítica hasta la exasperación, fría hasta la gelidez y empecinada hasta la ofuscación baturra, capaz de arriesgarse a que le caiga el cielo antes de ceder un milímetro en la forma con que debe ponerse el cachirulo aragonés. Los maños no es que sean cabezones, es que siempre llevan razón, ya se sabe. Por el contrario, y en la otra esquina del tablero, un director editorial acostumbrado a la improvisación, acomodado a lo inesperado y habituado al relativismo mediterráneo. ¿Qué podía salir bien del trabajo conjunto de dos tipos tan dispares? Nada. Pero, ¡ay! salió todo. O casi todo.
Durante la travesía de Juan Fernández, La Voz y la Ser no solo han mantenido su liderazgo, sino que lo han aumentado. La empresa cuenta con una sólida salud económica y la transición generacional está garantizada. Hace unos meses con el nombramiento de Ricardo Cespedes al frente de la gerencia y José Manuel Vizcaino en la responsabilidad del área comercial y ahora con Gemma Salinas como consejera delegada.
Desde la independencia de una línea editorial que solo tiene como objetivo la defensa de los intereses de la provincia, La Voz es ahora más fuerte, más sólida y más líder. Y ese es un mérito imputable a todos los excelentes profesionales que han hecho y hacen La Voz, antes cada día en papel, y ahora cada minuto en digital, y a quien ahora abandona la primera línea del puente de mando para asesorar la continuidad de la travesía desde la eslora del conocimiento contrastado y la lealtad.
Su puesto ha sido ocupado por una mujer de la casa. Veinte años conviviendo (¿sufriendo mejor?) a José Luis Martínez es un aval solo al alcance de muy pocos. Gemma Salinas lo tiene y tiene en su ya extensa e intensa mochila haber recorrido todos los rincones de la casa. Para conocer una ciudad no hay nada mejor que llegar desde los arrabales.
Pero hay otro detalle en su nombramiento que no debe pasar desapercibido por su reveladora importancia. Cuando José luis Martínez se hizo con la propiedad de La Voz tras su privatización, en el periódico apenas trabajaban mujeres. Desde los talleres a la redacción, desde comercial a distribución todos eran hombres. Cuando, dos años, después llegué a la vieja redacción de la avenida de Montserrat el número de mujeres había aumentado a ocho, incluyendo limpiadora y secretaria.
Hoy La Voz está presidida por una mujer, Laura Martínez Orbegozo, su travesía de largo recorrido está en manos de otra mujer, Gemma Salinas y las mujeres superan en algunas áreas a los hombres. La Voz tiene artículo de mujer porque Almería tiene nombre de mujer. Esa ha sido la clave de su vitalidad tras más de 85 años de vida: hacerse cargo del estado de ánimo y de la realidad de la provincia y apostar decididamente por el talento sin distinción.
Algún lector recordará mi insistencia en que la perdurabilidad de La Voz tiene su secreto en que ha sido y es el paño de la verónica en el que se reflejan las sombras y las luces, los perfiles siempre inacabados, siempre por construir de la provincia. Hoy La Voz la lideran dos mujeres que apuestan por la innovación digital, la búsqueda interminable de nuevos conceptos y nuevos aliados tecnológicos para hacer un mejor periodismo y la convicción de que, para los almerienses, lo mejor está por llegar. Y, como director, esa es una música que me gusta; tanto como a Juan Fernandez; y tanto como a Jose luis Martínez, un almeriense de origen navarro, tan osado y tan incorregible, y que todavía continúa susurrando la melodía que comenzó a escribir hace ahora cuarenta años