Lecciones de cinismo del PSOE
Lecciones de cinismo del PSOE
La reacción de desánimo y desmotivación común en muchos ciudadanos tras la acumulación de largos meses de noticias referidas a escándalos y corrupciones relacionadas con la política es comprensible, pero en mi opinión no debe significar una posición irrecuperable pues la labor de los políticos es necesaria y en la inmensa mayoría de casos, es beneficiosa para el conjunto de la sociedad. La percepción de la política como algo negativo no sólo es malo para el desarrollo de las sociedades democráticas, sino que acaba perjudicando seriamente a las aspiraciones y logros colectivos de los países. Para reconducir este ambiente de alejamiento es necesario que los políticos nos empleemos a fondo en dos direcciones: la primera es el esclarecimiento total de responsabilidades en todos los casos. Y la segunda es insistir una vez más en que no todos los políticos son iguales. En este sentido quiero mostrar mi rechazo al intento que está llevando a cabo el PSOE andaluz por evadir sus probadas responsabilidades en numerosos casos de corrupción, proponiéndose como ejemplo y espejo de comportamiento y gestión pública. Nada más falso y cínico. En el PP de Andalucía no admitimos lecciones de nadie en materia de honestidad y limpieza en la vida pública y, mucho menos, de gentes como Griñán y Rubalcaba, que han consolidado una trayectoria llena de falsedad, de mentira, de cinismo y opacidad; es decir, sus verdaderas señas de identidad. En un monumental ejercicio de desvergüenza, el PSOE está intentando acabar con una de las señas de identidad de nuestro partido que es la honestidad. Y para ello no tiene escrúpulos en apoyarse en una documentación llena de sombras y de dudas y en recuperar el impulso totalitario de la agitación callejera para beneficiar a unas siglas y perjudicar la imagen del Gobierno, sin reparar en el daño que esas acciones suponen para la imagen de España. Pero lo más delirante es que los mismos que dan por buenos una serie de documentos que presentan numerosas evidencias de falsedad, han ignorado olímpicamente documentos probados, con autos judiciales, con imputaciones y hasta con prisión para altos cargos socialistas. Por todo ello digo que ni Griñán ni Rubalcaba están legitimados para dar lecciones de transparencia y honestidad a nadie. Y mucho menos al Partido Popular. ¿Dónde estaban ambos cuando saltó el escándalo de los ERE? Pues estos dos señores estaban en cargos de responsabilidad por los que forzosamente hubieron de ser, cuando menos, conocedores directos de la trama de saqueo del dinero de los parados andaluces. El mismo señor Griñán que ahora quiere dar lecciones de limpieza fue el mismo que ignoró hasta por quince veces las advertencias de los servicios jurídicos de la Junta sobre la ilegalidad que suponían esos ERE, sin que en ningún momento se decidiera a pararlos o a solicitar una investigación sobre los probables delitos que se estaban cometiendo. Del mismo modo, hay que recordar que la presunta “colaboración” de la Junta en el presunto esclarecimiento de la trama no se produjo de buen grado y por propia iniciativa, sino cuando los jueces obligaron a los responsables del operativo a entregar toda la documentación, o al menos, la parte que aún no había sido destruida. Por otra parte, sabemos el alcance aproximado del robo perpetrado en la cúpula del gobierno andaluz, pero lo que no sabemos es que el señor Griñán, que por cierto firmaba muchos de esos documentos, haya hecho algo por recuperar el dinero que estaba destinado a los parados pero acabó en el bolsillo de sus amigos y compañeros. ¿Puede dar lecciones este señor de algo? Pues salvo de cinismo en todos sus grados no se me ocurre otra cosa.