Los socialistas hemos  puesto en marcha esta semana el Consejo de alcaldes y alcaldesas de la provincia de Almería, también denominado Consejo Municipal de Almería, para poner el acento y reconocer el enorme trabajo que realizan nuestros representantes municipales. Este órgano de participación también nace para defender la autonomía local, cuna, territorio y patria de la política del servicio público, del interés general, que en estos momentos, con la excusa de la crisis, está más amenazada que nunca. Hoy, el Partido Popular habla de retroceder, de ir hacia atrás, de quitar concejales, de suprimir entidades supramunicipales, de eliminar entidades locales menores, pero no habla de avanzar en la autonomía local. Y ese es el perverso mensaje que traslada la derecha española con su contrarreforma ideológica al amparo de la situación económica.

Los socialistas almerienses, sin embargo, nos proponemos trabajar de abajo hacia arriba, de lo local a lo provincial, del barrio a la ciudad, dándole a nuestra acción la visión, la fuerza, la motivación que se le da en la acción de gobierno desde la política municipal, porque por encima de todo nos importan nuestros vecinos, nuestros pueblos, nuestros barrios, nuestra ciudad y las ideas con las que nos proponemos transformarlos y hacerlos mejores.

Cuando peores son las circunstancias más intensidad debemos de poner en buscar las soluciones. Los que vivieron y protagonizaron el tránsito de la dictadura a la democracia, gestionaron el proceso de cesión de la soberanía al pueblo, que permitió a su vez la cesión de soberanía del pueblo español al pueblo de las Comunidades Autónomas y también al pueblo europeo, implicando a la sociedad de su tiempo. Desde entonces, todo se ha modernizado y desarrollado enormemente. La globalización, como fenómeno imparable, ha hecho que las fronteras no existan para la economía pero sí para la política. Ahí tenemos una de las tareas capitales de la actividad política, tan importante como lo fue en su día la tarea de la transición o la construcción autonómica o europea. Sin embargo, si no hay fronteras para la economía, para el dinero, tampoco las puede haber para la política; o jugamos con las mismas reglas o perderemos siempre, y si la política pierde, pierden los ciudadanos. Ese es el problema y ahí está la solución.

Actualmente la economía se mueve de manera más libre que la política y, cuanto menos, debemos de conseguir que la política se mueva igual de libre o de manera más libre que la economía, porque esa es la esencia de la política y de la propia democracia, que el interés de la mayoría de la sociedad esté por encima de cualquier otro interés. La crisis, que todo el mundo dice que es un tiempo de oportunidad, hasta la fecha está siendo solo una oportunidad, una excusa, para que la economía impida a la política tener la misma libertad que tiene ella. Los especuladores no quieren ser controlados, no les interesa, pero en ese control de la economía por la política está la solución a la crisis y ha estado el desarrollo que hemos construido.

Ese control de la política sobre la economía se concreta en muchas cosas: desarrollo del estado autonómico, de la autonomía local, verdadera integración europea, etc. Y a su vez esto se concreta en otras muchas más cosas, que terminan afectando directamente a los vecinos de cada pueblo. Tenemos, por lo tanto, desde lo municipal, desde la política que hagamos en los pueblos, la tarea de hacer reflexionar a la gente, para implicarla, concienciarla y p