La Voz de Almeria

Opinión

Almería quería jazz

Daniel García Trio y Maureen Choi, en su actuación en Almerijazz.

Daniel García Trio y Maureen Choi, en su actuación en Almerijazz.La Voz

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En:

Tras meses en el dique seco en cuanto a música en directo, un servidor tenía una necesidad casi física de esa sensación única que solo puede disfrutarse frente a un escenario.

Comenzaba hace una semana el Festival de Jazz de Almería —Almerijazz 2020— y tenía yo el presentimiento de que cada día podía ser el último para disfrutarlo. Las autoridades sanitarias decretaban por doquier el cese de actividades culturales, ante la evidente crecida en el número de contagios, y a nuestros vecinos en Cartagena y Granada les tocaron las suspensiones. Sinceramente, me temí lo peor. Pero la música, al final, ha sonado en Almería.

Comenzaron Josele y su hijo, guitarra y piano, con un concierto intimista y que me supo a gloria. Por motivos laborales no pude acudir al de los chicos de Clasijazz, pero sí al del rocanrolero Mike Sánchez, un recital correcto pero algo alejado de lo que un aficionado al jazz puede esperar.

Los platos fuertes comenzaban en el fin de semana. El trio de Julián Maeso, Paco Rivas y Daniel García me cautivaron con su propuesta de fuertes aires sureños —del sur de EEUU, entiéndanme— y su aire vintage, órgano Hammond incluido.

Paco además se topó con la sorpresa de ser el primero en obtener el recién instaurado premio ‘Georgia Jazz Club en memoria de Serafín Cid. Como comentaba al terminar el concierto con uno de sus máximos impulsores, Ángel Vicente, yo no creo que exista sentimiento más unánime en nuestra ciudad que el agradecimiento al Sera por su labor en pro del jazz.

Uno de los conciertos que más esperaba era el de Daniel García Trio. Conocía bien su último trabajo, el excelente Travesuras y me encanta su sección rítmica, con El Negrón y Michael Olivera. No me decepcionó lo más mínimo. Intenso, con momentos de una técnica apabullante, pocos temas, largos y bien desarrollados, y la maestría de una invitada especial, Maureen Choi, aportando genialidad al violín. El final, haciéndonos cantar a todos una preciosa melodía, fue mágico y reconfortante.

Llegué al último conteniendo la respiración, sin saber si algún mandamás iba a fijarse en este modesto festival para fulminar su jornada final. Hubo suerte y pudimos disfrutar del décimo aniversario de la Big Band de Clasijazz, en el que homenajearon a muchos de sus componentes durante estos años y, en especial, al desaparecido Toni Belenguer. Contar con una de las grandes voces de este país, Pedro Ruy-Blas, demostrando que conserva su talento intacto, redondeó la tarde.

Contra virus y mareas, con conciertos madrugadores, saliendo en fila de los auditorios, manteniendo las distancias y bien enmascarados, Almería quería jazz y lo ha tenido.

tracking