La noticia es que sigan en el Gobierno
Que la oposición haya dado una muestra de responsabilidad aceptando una tregua política en estos momentos no es noticia. No cabe otra actitud en una España en estado de pánico e incertidumbre por el avance desbocado del coronavirus. La lógica y el sentido común señalan que en estos momentos, todos los esfuerzos deben centrarse en frenar el nivel de contagios y salvar las vidas de los afectados. Así de sencillo. Ya habrá tiempo de repasar hemerotecas y poner barbas en remojo. Del mismo modo, que ese escenario sea aprovechado por la izquierda radical para hacer agit-prop ideológico tampoco es noticia.
Han visto en los balcones un elemento de cohesión nacional trasversal y sin matices ideológicos que se les escapaba fuera de control y no han dudado en salir a contaminarlo para convertirlo en un elemento de confrontación. Y no me vengan ahora con que lo de las presuntas comisiones saudíes del padre del Rey es un asunto muy feo, que naturalmente lo es. Lo que pasa es que los mismos que sacan ahora la batería de cocina por esa supuesta golfada (vaya manera de clausurar una trayectoria institucional llena de éxitos históricos para España) son los mismos que no agitaron ni una cucharilla de café por el dinero robado por el PSOE con los ERE en la Junta de Andalucía, que multiplica por siete lo presuntamente cobrado por el Emérito.
Es decir, que no hay una defensa honesta de los recursos públicos, sino un paso más en su hoja de ruta para fulminar la Constitución que más estabilidad y progreso ha proporcionado nunca a España. Y ya digo que este comportamiento no es noticia, como tampoco es nueva la esquizofrenia aldeana de los independentistas, contrarios a que las Fuerzas Armadas auxilien a las autoridades locales en los operativos de control del avance del coronavirus. Que haya gente irresponsable, sectaria, taimada y desleal no es, por desgracia, nada nuevo. La noticia es que el presidente Sánchez no haya roto todavía con esta purria.