En mi vida había visto juntos tantos folios en blanco encima de una mesa. Si tuviera igual número de folios en blanco podría venderlos a una papelería haciendo descuentos notables o graparlos en forma de libretas para los que  comienzan a tener acceso a las primeras letras, o primeros cursos, primeras actividades culturales, primeros pasos en la creación literaria. En fin los que le encuentran razón de ser a eso de observar la realidad, respirar hondo y reproducir en palabras escritas ese amanecer, el crepúsculo vespertino, la lluvia golpeando incesantemente los cristales de las ventanas, esos me entenderán.

En este momento me viene a la imaginación, cómo se pondría sonido a las primeras notas musicales, o si estas se pusieron a los sonidos.… (en realidad desconozco estos datos tan elementales, que, a lo mejor, también los desconocían Mozart, Beethoven o Liszt,…).

La realidad es que vivimos y, sobretodo, disfrutamos tanta creación, sin saber por qué ni de donde viene, que casi resulta increíble, la música, la pintura o cualquier manifestación cultural, para quien accediera a la vida en un momento determinado de la existencia. Los colores y la luz para el ciego que recuperase la vista y la forma… Penetrando en lo que somos y sentimos, resulta todo lo que nos rodea un auténtico milagro… Es así. Resulta milagroso pasar en un instante del no ser al ser, con todo lo que ello lleva consigo. O de la luz a la sombra, o del sonido al silencio o de verte a no verte… amigo que me lees y nos preguntamos tu y yo, cuando dejaras de hacerlo…

¡Hay tanto misterio en nuestro alrededor!