Reformas de verdad
Reformas de verdad
De espaldas una vez más a la realidad, el PSOE ha iniciado una campaña de agitación irresponsable y destructiva, alejada de las coordenadas sobre las que podemos situar la necesaria acción del principal partido de la oposición en un momento de extraordinaria exigencia colectiva. La permanente demagogia con la que están actuando los socialistas parece olvidar que fue su pésima gestión la que arruinó a España y arrojó a millones de españoles al horizonte incierto del desempleo. Durante los últimos ocho años y hasta el pasado mes de noviembre, los gobiernos de Zapatero y Rubalcaba mintieron sistemáticamente a todos los españoles y mintieron a la Unión Europea acerca de la crisis y del estado real de nuestra economía. Sé que no es la primera vez que desde el PP decimos estas cosas, pero la insistencia de los socialistas por olvidar el pasado más reciente y desligarse de su propia actuación requiere una respuesta firme y sosegada. De entrada, insistiré en que la principal reforma que estamos poniendo en marcha desde el PP es decir la verdad a los españoles. Y ello es porque los ciudadanos necesitan confianza frente a las mentiras destructivas y la falta de alternativas de los dirigentes del PSOE. Los socialistas, que están como siempre más atentos a sus propios intereses particulares que a las necesidades de España, se han instalado en el “no por el no”, negándose a admitir que el paquete de medidas reformistas que está impulsando el gobierno de Rajoy es la mejor y probablemente la única situación al desbarajuste que nos legaron. Y así, se están oponiendo incluso a la Ley de Estabilildad que el propio Gobierno de Zapatero pactó con el Partido Popular. Pero si ellos quieren remar en sentido contrario, es su problema, porque estoy convencido de que son muchos los simpatizantes y votantes del PSOE que comparten con el PP la convicción de que ha llegado el momento de tomar el toro por los cuernos y asumir una serie de cambios y reformas incómodas, pero inevitables. Estamos trabajando para que España vuelva a contar con un escenario común de confianza y seguridad que propicie la creación de empleo. Y para ello son absolutamente necesarias unas cuentas públicas saneadas y una administración transparente que cumpla las reglas y los acuerdos sin hacer trampas y sin plantear confrontaciones tan innecesarias como improductivas, como plantean en Andalucía el señor Griñán y sus nuevos socios. Es radicalmente falso que el PP quiera acabar con una educación y una sanidad públicas de calidad. Todo lo contrario. Estamos convencidos de que es posible mantener y conservar lo que tenemos optimizando los recursos, evitando despilfarros y apostando por la eficacia antes que por la inercia. Estas reformas son la garantía de futuro que permitirán, no sólo a la actual generación, sino especialmente a las que nos seguirán, disfrutar de un marco económico estable y competitivo, a la altura del gran país que es España. Sé que ese objetivo exigirá de todos el mejor de nuestros esfuerzos, pero estamos decididos a impulsarlo y conseguirlo.