Alguna vez he escrito aquí que, con la que estaba cayendo, obligar a un cargo público socialista a comparecer públicamente para anunciar medidas de creación de empleo debería entenderse, únicamente, como medida de sanción o purga por algún desmán, y no demasiado leve. Y es que sólo sintiendo la punzada de una bayoneta en el costado se puede salir a ofrecer una rueda de prensa prometiendo medidas para crear empleo, teniendo en cuenta que los que están prometiendo trabajo forman parte del mismo equipo que ha labrado, disparate a disparate, una no despreciable cantidad de parados en toda España. En torno a los cinco millones de descreídos, vamos. Por eso veía el otro día la rueda de prensa del secretario provincial del PSOE, el señor Sánchez Teruel, con la misma sensación de estupefacción que tendría al ver al entrenador José Mourinho dirigiendo un discurso de bienvenida a un congreso de oftalmólogos barceloneses centrado en las lesiones traumáticas de la pupila. Entiendo que los socialistas tengan que presentar un programa electoral con medidas e ideas que ilusionen a sus votantes habituales pero, ¿es necesario que salgan a hablar de cómo van a crear empleo? Y es que con la situación actual sólo podemos entender esas propuestas como tardías (en el mejor caso) o como un refinado ejercicio de choteo (para los menos proclives). Lo digo porque, puestos a no dar concreciones es mejor salir a hablar, por ejemplo, de las razones que llevan al Almería a querer ganar los partidos cavando trincheras en su área. También es un tema doloroso e inexplicable, pero fastidia (con jota) menos al personal que está en el paro.