Hace ya dos meses que desgraciadamente no estás con nosotros. La vida da estos golpes sin esperar, sin avisar, que destrozan y cambian todo. Se te escapaba la vida en mis manos y no lo sabía ni tan siquiera tú lo sabías. No tenemos palabras para agradecerte lo bueno que has sido, siempre preocupado por nosotros, siempre luchando por nosotros. Te has ido cuando mejor estabas, cuando menos preocupaciones tenías. Me has enseñado mucho pero todavía me quedaba mucho más por aprender contigo. Tuviste una infancia difícil, te criaste por desgracia sin el cariño de unos padres y sin embargo a nosotros nos lo has dado de sobra. Todos te echamos muchísimo de menos pero especialmente mamá. La has dejado muy sola y preguntándose cada día como es posible que ya no estés. Quiero decirte que estamos orgullosos de ti y que si volvieras a nacer te elegiría como padre. ¡Sólo darte las gracias!