Cynthia Lennon- artista
Mujer con clase y primera víctima de la Beatlemanía
Javier Adolfo Iglesias
Cynthia Lennon falleció ayer en su domicilio de Mallorca junto a su hijo Julian, el hijo que tuvo en común con John Lennon. Deja tras de si una gran estela de fieles amigos desde su juventud y una vida irreprochable llena de dignidad y clase, reconocida por miles de admiradores. En Almería, por ejemplo, donde dejó muchos en julio de 2006, cuando participó en un curso de verano de la UAL. Cynthia volvió por primera vez a la tierra que había conocido en 1966 junto a John Lennon. Su participación atrajo a decenas de periodistas y el reencuentro apareció en la mayoría de medios nacionales. Cuando fuimos a recogerla, los aficionados de Lennonalmeriaforever le llevamos un ramo de flores. Ella había traído en mano como regalo desde Mallorca cuatro litografías que había realizado sobre su famoso ex esposo. La simpatía por Cynthia Lennon quedó reflejada ayer en el impacto inmediato en las redes sociales. Lógica, pues Cynthia fue la primera víctima de la beatlemania. Tras haber estado enamorados desde 1958, fue abandonada por John en 1968 en favor de Yoko Ono. Más aún, años antes, tuvo que vivir medio a escondidas de la prensa porque el manager Epstein no quería que se supiera que Lennon estaba casado. Estos hechos y su posterior trayectoria hizo que todos la quisiéramos. Pudo haber vivido del amarillismo de esta historia y no lo hizo. Escribió dos libros, en los que apenas desvelaba algún episodio conflictivo del conflictivo John y callaba mucho. En el primero, “A twist of Lennon”, Cynthia describía la que hoy es Casa del Cine, un pasaje que fue fundamental para su recuperación a finales de los años 90. En 2003 realicé un viaje a Mallorca con la intención exclusiva de pedirle que volviera a Almería para darnos su apoyo. No conseguí verla pero supo de mi, hasta el punto que dos años después me llamó para aceptar la invitación. Traer a Cynthia fue un honor y un orgullo. Más aún hablar con ella y ver cómo contestaba con una sonrisa discreta a los enigmas que siempre supo callar.