Ya hace tres meses que te has ido de nuestro lado, tres meses en los que día tras día no he dejado de pensar en ti. A veces creo que vas a entrar por la puerta, incluso creo oirte en la cochera, y hasta pienso que te voy a ver sentado en tu banquito, fumandote un cigarro. Lo mas triste de todo es levantarme por la mañana y no verte a mi lado, ni sentirte, ni oler tu aroma, ni escuchar tu voz... Ha sido maravilloso que Dios te pusiera en mi camino hace 43 años y que, aunque hemos discutido un día si y otro no, hemos reído y hemos llorado, también hemos superado juntos todos los obstáculos que no hemos encontrado en el camino Me has dejado tres hijas maravillosas que te quieren y te adoran, y nunca te olvidarán. Y allá donde estés, sigue ayundádonos y sigue dandome fuerzas para seguir luchando todos lo dáas de mi vida, hasta que volvamos a vernos, hasta que Dios nos vuelva a juntar para no separarnos nunca más. Te quiero y siempre te querré.