Los chalecos amarillos españoles

Los trabajadores salen a la calle a defenderse a sí mismos

julia navarro
08:59 • 30 mar. 2022

Hace más de media vida atrás milité en UGT y si lo hice es porque creía entonces, y continúo creyendo ahora, en la necesidad que tenemos los trabajadores de contar con sindicatos fuertes que defiendan nuestros derechos, los de la mayoría.



Por eso no tuve la menor duda el 14 de diciembre de 1988 de secundar la huelga general convocada por los sindicatos UGT y CCOO contra el plan de empleo juvenil y otros aspectos de la política económica del Gobierno socialista presidido por Felipe González.



Analizado con la perspectiva que da del paso del tiempo quizá, las causas no merecían esa huelga general, en vista de todo lo que hemos vivido a lo largo de estos años en que no una sino en cuatro, cinco o más ocasiones ha habido motivos suficientes como el de aquel 14 de diciembre para que España entera se parara y sin embargo no se ha hecho.



Y si, UGT era un sindicato socialista y sus dirigentes se habían sentado en el Congreso de los Diputados como representantes del PSOE pero no tuvieron empacho en colocarse frente al Gobierno y convocar una huelga general que fue todo un éxito.



Sin embargo, siento decir que ya no reconozco a los sindicatos de antaño en los sindicatos de hoy. Ojo, creo que siempre es mejor llegar a acuerdos que la confrontación, pero eso es una cosa y otra es que los sindicatos en el conflicto del transporte y de los agricultores y ganaderos se hayan puesto casi casi de perfil en vez de liderar y encauzar las protestas.



Porque ese es su papel, dar cauce a los problemas de los trabajadores negociando con el poder, tanto la patronal como con el Gobierno y a ser posible llegar acuerdos satisfactorios para todas las partes.



En mi opinión, los sindicatos tienen que hacer menos política en pro del gobierno, y más política sindical, es decir no olvidarse de que su razón de ser es representar a los trabajadores e, insisto, encauzar sus problemas para ayudar a resolverlos. Sin embargo desde hace algún tiempo, empezó con Rodríguez Zapatero, los dirigentes sindicales se han mimetizado tanto con los gobiernos socialistas que parecen un ministerio más. En la huelga del transporte, que engloba también a agricultores, ganaderos y pescadores, los sindicatos mayoritarios no han sabido estar a la altura de los trabajadores, y ha tenido que ser una plataforma aparentemente minoritaria, quien ha colocado al Gobierno ante un problema al que le estaba dando la espalda.



UGT y CCOO fueron imprescindibles para la restauración de la democracia por el importante papel que jugaron durante la Transición. Entonces, UGT, sindicato socialista, no actuó como correa de transmisión del PSOE, pero en los últimos años sí que lo viene haciendo y me temo que CCOO también, y al hacerlo no defienden como deben los intereses de los trabajadores.


Por eso está pasando lo que está pasando y es que, al igual que sucedió hace unos años en Francia con los “chalecos amarillos”, los trabajadores salen a la calle a defenderse a sí mismos ya que los sindicatos no están sabiendo cumplir con el papel que en toda democracia tienen asignado y que no es otro que defender los intereses de los trabajadores, ni más ni menos. Deberían reflexionar y hacer autocrítica antesde que los trabajadores los consideren inservibles, aún están a tiempo.



Temas relacionados

para ti

en destaque